SANTIAGO DE CHILE. La visita privada de inspección del canciller boliviano David Choquehuanca a dos puertos chilenos, que concluye el martes, incrementó el distanciamiento entre Chile y Bolivia con intercambios de protestas diplomáticas y advertencia de nuevas medidas.Choquehuanca y su comitiva de 57 personas, la mitad prensa boliviana, recorrieron el martes el puerto de Antofagasta, al que ingresaron sin problemas, a diferencia de la víspera, cuando esperaron seis horas porque no habían solicitado autorización con la antelación exigida por la administración privada del terminal. “Ha habido un comportamiento que no corresponde, responsablemente, a lo que debiera hacer una autoridad en una visita privada”, dijo el martes el canciller chileno Heraldo Muñoz, al explicar el contenido de la protesta chilena ante Bolivia.
Choquehuanca, al justificar en la víspera la queja diplomática, señaló que es “por lo que nosotros hemos vivido, por los atropellos que hemos tenido que sufrir en Arica hoy día”.
Muñoz repitió en dos ocasiones que “estamos analizando otras medidas”. Chile calificó de privada la visita de Choquehuanca porque Bolivia se negó a concordar una agenda de actividades en este país, dijo Muñoz.
Aunque Muñoz y múltiples políticos advirtieron que ninguna autoridad extranjera podía desarrollar una inspección, Choquehuanca finalmente pudo recorrer e inspeccionar los dos puertos chilenos del norte. Sobre el terminal de Arica, 2,000 kilómetros al norte de Santiago, dijo que encontró 25 irregularidades y que Chile incumple el Tratado Limítrofe de 1904.
“Lo que tenemos ahora es una visita privada que al final ha sido un montaje (…) una provocación”, añadió Muñoz, junto con recordar que Bolivia, que saca tres millones de toneladas anuales por el puerto de Arica, debe casi un millón de dólares por servicios portuarios, según el ministro chileno.
La disputa por el río Silala llega a La Haya
Ambos países se demandaron en la Corte Internacional de Justicia: Bolivia quiere obligar a Chile a negociar una salida al Pacífico, y Chile que la corte sancione que el Silala es un río internacional por lo que puede usar libremente sus aguas.
El presidente boliviano, Evo Morales, reclama que el Silala pertenece a su país.
