Crisis hípica muerde a los más pequeños

Si esto sigue así, nos vamos a comer unos con otros”. Con ese comentario despidieron la entrevista un grupo de entrenadores de caballos, entre otros, el presidente de esa Asociación.

Si esto sigue así, nos vamos a comer unos con otros”. Con ese comentario despidieron la entrevista un grupo de entrenadores de caballos, entre otros, el presidente de esa Asociación.Todo surge por la crisis que envuelve la hípica dominicana, una nunca vista en la historia del país en ese sentido. Varios de los involucrados en el hipismo tienen más de 20 años ligados a alguna función.

Con el impasse que envuelve el Hipódromo Quinto Centenario, nadie está exento, aunque los más perjudicados son los empleados de los dueños de caballos, así como los que sirven en la instalación.

La perspectiva es más oscura aun, pues no se vislumbra una solución inmediata. Las partes están divididas y en lo que eso se resuelve, no se corre en el Hipódromo desde el pasado 21 de marzo.

“No me importa quien esté y quien venga, lo que me interesa es que haya carrera”, dice Kennedy Tejada, recostado al pie de un árbol, en la zona de jaulas de caballos.

Tejada es dueño de un carro y ese bien lo ve como un escape si es que el torniquete de la crisis aprieta más allá, de lo que se torna para algunos, inaguantable.

Pero Clever Pérez, con una larga experiencia en esas labores, tiene otra historia. Ellos dos producen un diálogo cargado de crudeza.

-Tengo 50 años y es lo único que sé hacer. De esto vivo, si no hay caballos yo no gano nada, señala Pérez.

-Tendré que comprar una ruta, tengo un carrito, le pintaré la capota de amarillo o verde y me pondré a conchar si esto sigue así, responde Kennedy.

-Esa es tu suerte, yo no tengo na.

-Si esto cierra, yo no me voy a morir, asesta Kennedy, nuevamente.

-Pues yo, sí me voy a morir, concluye Clever, un señor que supera ya los 60 años.

Los dos son entrenadores, Kennedy con unos 30 años en esa función. La situación se agravará aun más, sostiene, pues ya algunos dueños de caballos se están llevando sus ejemplares.

Kennedy y Clever representan a las cinco mil personas que de alguna forma, directa o indirectamente reciben beneficios de la hípica.

Panorama impreciso

Estas son las últimas piezas de un organigrama en el que ellos no tienen toma de decisión. Eso les estropea aun más sus objetivos, dado que no se vislumbra una posible solución.

El gerente del hipódromo, Otto Peña, informó ayer en su oficina, que el último intento de acercamiento se produjo el pasado sábado 27, cuando él se apersonó a conversar con los dueños de caballos y no fue escuchado.

Consciente de que algunos han pedido su destitución, advierte que los problemas de la hípica vienen desde 10 años atrás y que no importa quien ocupe su puesto, la situación será invariable.

Hasta la fecha de ayer y desde que surgió el conflicto (los dueños demandan pagos atrasados) no se ha reunido con el presidente de la República, Danilo Medina. Peña es nombrado por la Comisión Hípica Nacional y esta a su vez por Medina.

Hay deudas por resolver. Pago de la energía eléctrica. Tienen una gracia de unos 20 días, los cuales ya tocan su fin. “Pronto estaremos apagados”, dijo Peña. Le deben 10 millones de pesos al canal 27; cuatro millones a Sertel y otros dos millones a Radio Universal.

Un total de 230 personas laboran en el Hipódromo y tienen dos meses sin cobrar y presentándose a sus labores.

Esto no incluye a los empleados de los dueños de caballos.

El punto se agrava, sostiene Miguel Reyes, quien trabaja con las agencias hípicas, cuando 250 oficinas de éstas se encuentran cerradas y “50 por ciento nos han llamado para que retiren los equipos”. Eso se traduce en desempleos.

Otro cuadro

Dos meses sin cobrar desarticula cualquier familia. El salario de Otto es de 120 mil pesos mensuales, pero las que menos cobran son las cajeras, unos 4,800 pesos mensuales. Esas sólo reciben dinero si hay carreras.

El cuadro de Juana Martínez, encargada de Recursos Humanos del V Centenario, refleja lo duro del momento. “La situación que estamos viviendo es muy crítica”, dice. “El Hipódromo está distante de la ciudad y la mayoría de los que trabajan aquí somos del Distrito”. Algunos invierten más de 100 pesos para llegar hasta allí.

De ella dependen cinco personas y una de ella, que estudia derecho, “se quedó fuera del cuatrimestre porque no se lo puedo pagar”. Estudia en la O&M. A eso se suma la energía eléctrica en su hogar. “Me cortaron la luz, si no consigo dinero aquí, no tengo nada, no tengo otra entrada”. Ella lleva 25 años en el hipismo.

Cándido de la Cruz vive una suerte similar. “Cogemos lucha para venir aquí y cumplir para no perder los derechos, buscando (ayuda de) los amigos para poder cumplir”. La esperanza, sostiene Martínez, es que el presidente Medina se interese en resolver la situación.

Puntos de vista

Kennedy Tejada
Entrenador
“De mí dependen mi esposa y mi hija. Tengo que pagar casa, colegio, teléfono, servicio de cable y echo gasolina a mi carro, pero ya no hay para eso. Mi jefe ya sacó cuatro caballos y si se va, serían tres empleados que quedan sin trabajo”.

Juan Olivo
Presidente Asociación de entrenadores
“Los jockeys están para la calle pidiendo, aquí no hay nada. La situación del hipódromo es caótica y al presidente Medina no le han llevado lo que es. Aquí hay que quitar el subisidio, porque los juegos no se subsidian”.

Juana Martínez
Encargada Rcursos Humanos del Quinto
“Aclamamos a la humildad del presidente Danilo Medina, a su parte humana. Tengo 25 años en la hípica, esta vez estoy malpasando. Sabemos que no es que la gerencia no nos quiere pagar, es que no hay dinero”.

Otto Peña
Gerente del Hipódromo V Centenario
“Hay 230 empleados que no han cobrado hace alrededor de dos meses. Propongo que iniciemos las operaciones, tratemos de recuperar juntos la confianza del fanático. Es diferente pedir el apoyo del gobierno, separado que juntos”.

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