La piel es un órgano noble que tiene la función principal de protegernos de agresiones externas como las radiaciones ultravioletas. Cuando nos exponemos por largos períodos al sol, sin protección, somos vulnerables a las quemaduras solares, las manchas, los lentigos solares, el envejecimiento prematuro y el cáncer de piel.
La protección solar es una ecuación que conjuga varios elementos. La mejor manera de protegernos de los daños solares, es conocer cuál es el protector solar más conveniente (que se adapte) a nuestra piel y los factores que debemos tomar en cuenta para elegir el más adecuado. Hacerlo, implica saber cuáles son nuestras necesidades específicas de protección.
Compuestos
Los protectores solares usan un filtro químico que transforma los rayos solares y los expulsa del cuerpo en forma de calor; su capacidad se mide con las siglas FPS (Factor de Protección Solar) o SPF por sus siglas en inglés.
El FPS es el valor que indica el tiempo en que una persona puede estar expuesta al sol antes de sufrir quemaduras. Está presente en los empaques de los protectores solares y funciona de acuerdo a las necesidades de la persona, es decir de acuerdo al fototipo de la piel.
Mientras más blanca es la piel mayor factor de protección solar necesita. Si estarás expuesto al sol directamente lo ideal es utilizar un protector con factor de protección alto es decir a partir de 50.
El color o fototipo se refiere a las características hereditarias, raciales y pigmentación de la piel, los ojos y el cabello además de la capacidad de broncearse o la respuesta que presenta la piel frente a la exposición solar.
¿Cuál es el indicado?
Existen 3 tipos de rayos solares ultravioletas (RUV) que llegan al planeta y afectan a los seres vivos; se clasifican dado su índice de radiación: UVA, UVB y UVC. Sólo los UVA y los UVB penetran la capa de Ozono: los rayos UVA penetran la dermis e hipodermis, capas media y profunda de la piel.
Los rayos UVB solo penetran la epidermis, capa superficial de la piel, pero sus efectos son acumulativos a través de los años y está demostrado que causan el 90% de los Melanomas y otros tipos de cáncer de piel. Se recomienda adquirir un protector en cuya etiqueta se verifique que es de «amplio espectro», es decir, que filtre tanto los rayos UVA como los UVB.
Además, el valor del factor de protección solar (SPF) debe aparecer en la cara principal del envase. La clasificación del factor de protección solar indica a la persona por cuánto tiempo puede estar protegida de las quemaduras solares en comparación con el hecho de no aplicarse ninguna protección.
¡Cuidado!
Hoy en día, existe gran variedad de productos que nos protegen del sol y pueden ser clasificados como protectores o bloqueadores, dependiendo de las sustancias que contengan. En general, los protectores poseen productos orgánicos que brindan protección contra la exposición a la radiación ultravioleta B, mientras que los bloqueadores incorporan sustancias inorgánicas. Estos componentes inorgánicos permanecen en la superficie de la piel sin absorberse previniendo, que los rayos UVB y los UVA lleguen a la piel.
Tu tipo
El uso correcto de los protectores solares es también un punto importante para la protección de la piel. Por ello, para obtener mejores resultados se debe aplicar 30 minutos antes de la exposición al sol, repitiendo la aplicación cada dos a tres horas. Los protectores deben utilizarse en buena cantidad.
También se toma en cuenta para la elección del protector que actividad realizará la persona. Para los que visitan la playa, se recomiendan los protectores resistentes al agua y al sudor corporal. A pesar de esto se recomienda la re-aplicación de la crema luego de entrar en contacto con el agua y cada 2 horas de exposición al sol.
Las presentaciones en gel son ideales para piel grasa y con tendencia al brillo. Las cremas y lociones se recomiendan en pieles seca que necesitan hidratación. Los spray son excelentes alternativas por ser de fácil y rápida aplicación.
Las últimas innovaciones en lo que a protección solar se refiere, son las presentaciones combinadas con repelente y protectores solares en tabletas orales, que a la vez proporcionan un lindo acabado en el bronceado por contener betacarotenos.
Para el caso de los niño
Se recomienda escoger protectores específicos para su delicada piel, en algunos casos vienen combinados con repelente. Se recomienda el uso de filtros físicos que actúan como pantalla en la piel dispersando la acción de los rayos solares. Vienen etiquetados bajo el nombre fotoprotectores solares para niños. Existen productos especialmente formulados para el rostro que además de los activos fotoprotectores, contiene vitaminas y antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento de la piel y cuyas texturas son más apropiadas para la cara.
