El cultivo de orquídeas emerge como un negocio floreciente

Las dificultades que manifiestan muchas personas para conservar viva y floreciente a una orquídea, hacen que estas sean consideradas plantas decorativas “muy ñoñas”, y en ocasiones hasta exclusivas.

Las dificultades que manifiestan muchas personas para conservar viva y floreciente a una orquídea, hacen que estas sean consideradas plantas decorativas “muy ñoñas”, y en ocasiones hasta exclusivas.Sin embargo, el problema radica en la sobreprotección que las personas le dan a esas plantas; la rocían con demasiada agua, la solean en exceso o simplemente no le dejan recibir sol, y es entonces cuando viene el problema, pues las plantas terminan muriendo. Aunque independientemente de las dificultades, el cultivo de las orquídeas en el país es un negocio floreciente.

Esa es la apreciación que tiene Rogert Espaillat, un gran conocedor del cultivo de esas plantas, tanto así que es el presidente de la mayor productora de orquídeas del país y uno de los más grandes exportadores del Caribe a través de la empresa Orchids Dominicana.

“Las personas quieren sobre-cuidar las orquídeas y no debe ser así, porque realmente, esas plantas crecen en la naturaleza sin ningún tipo del cuidado que le da un humano, que quiere sobre fertilizarla, o echarle demasiada agua. Las orquídeas deben ser tratadas en base a como ellas viven en su entorno natural”, aclara Espaillat, quien además asegura que muchas de esas plantas viven en entornos en donde no cae agua y algunas que son para climas de invierno, o clima templado, y por ejemplo al echarle mucha agua, las raíces de la mayoría de las orquídeas tienden a pudrirse, porque no están adaptadas para eso.

Teniendo esos factores en cuenta, Orchids Dominicana ha decidido compartir sus conocimientos a través de talleres que realiza los fines de semana para orientar a sus clientes, amantes de esas flores y dueños de viveros, sobre la forma correcta en que deben ser cuidadas y cultivadas las orquídeas.

Un negocio floreciente

Desde sus inicios en 1996, Archids Dominicana pasó de ser una pequeña importadora de orquídeas para la venta a nivel local, a convertirse en una gran empresa en donde tienen su propio laboratorio para producir orquídeas in-vitro, alcanzando una producción anual que oscila entre las 700 y 850 mil plantas cada año y le venden a 1,250 viveros en toda la isla, además de exportar a más de 12 países en todo el mundo. Su finca industrializada está ubicada en medio de una zona muy boscosa del sector el Pedregal, ubicado a la altura del kilómetro 22 de la autopista Duarte. En dicha localidad tienen un área de cultivo de 180 tareas, de las cuales unas 90 tareas están llenas de hermosas orquídeas.

Se calcula que en el país hay 350 especies de orquídeas, entre nativas y endémicas. De estas en Orchids Dominicana se cultivan Phalaenopsis, Dendrobiums, Cattleyas, Oncidiums, Vandas, Orquídia Mariposa, y otras cuatro variedades, siendo Dendrobiums y Phalaenopsis las de mayor demanda comercial, y por lo tanto las más cultivadas.

En total las ventas de esa empresa sobrepasan las 20 mil orquídeas mensuales y aunque los directivos de esa industria no precisaron a cuánto asciende el monto de sus ingresos por esa actividad, dijeron que las plantas de orquídeas son vendidas a un mínimo de 250 pesos y que en algunos casos una sola planta con flor, puede ser exportada a un costo de hasta US$2,000.

Además de traer divisas al país, esa empresa es una de las mayores empleadoras en la localidad en donde realiza sus cultivos. Tienen cerca de cien empleados que van desde los jardineros hasta mano de obra especializada como bioanalistas e ingenieros químicos.

Cultivarlas es como una terapia

Para muchas personas el cultivar orquídeas es una actividad muy placentera que les permite relajarse y olvidarse momentáneamente de algunos problemas. Es el caso de Raquel Ieromazzo y su familia, quienes, hace más de 20 años compraron una finca en la comunidad de La Cuaba, a la altura del kilómetro 22 de la autopista Duarte.

“La idea en principio era tener un lugar alejado del ruido de la ciudad para disfrutar de la naturaleza durante los fines de semana, pero ahora yo no puedo dejar de venir varios días en la semana”, expresa Iromazzo.
La razón es que cuando comenzaron a acondicionar su casa vacacional, ella tuvo la idea de sembrar su patio de orquídeas y desde entonces, cuenta de manera sonriente, que la actividad se ha convertido en “su mejor terapia”. “Cuando estoy aquí conversando con mis flores, me olvido del mundo”, dijo y agregó que también ha hecho buenas relaciones.

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