Cuota de gobierno del PRD, ¿un arma de doble filo?

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) volvió al poder luego de 12 años consecutivos en la oposición, pero no logró la meta como el poderoso partido que dominó en el escenario electoral desde la caída de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo&#

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) volvió al poder luego de 12 años consecutivos en la oposición, pero no logró la meta como el poderoso partido que dominó en el escenario electoral desde la caída de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo hasta el 2015 (54 años), sino como un partido bisagra aliado al Partido de la Liberación Dominicana (PLD y sus gestores han sido Miguel Vargas y Danilo Medina.

Producto de esa alianza, el PRD ha recibido una amplia cuota de cargos en el segundo gobierno de Medina, que incluyen dos ministerios, cuatro direcciones generales, varios nombramientos diplomáticos y al menos ocho viceministerios.

Además la alianza entre el PLD y el PRD en cierto modo ha significado asumir el ideal de José Francisco Peña Gómez en la forma de conducir el Estado que tiene Medina e incluso en la propaganda del Gobierno se hace referencia a políticas que tengan como centro la gente con lo que reivindica la famosa frase de Peña Gómez “Primero la gente”.

De hecho, el acuerdo que firmaron Medina y Vargas se denominó “Gobierno Compartido de Unidad Nacional” otro lema que hace referencia a la tesis del fallecido líder del PRD de “Gobierno Compartido”.

En lo adelante estaría por verse qué ocurrirá con el PRD en el futuro inmediato y a largo plazo. El partido blanco que redujo su caudal de votos en las pasadas elecciones de 47% en el 2012 a 5.88% en el 2016, tendrá el reto de activar su maquinaria interna, pero esta vez desde el Gobierno.

El punto es que los partidos cuando están en la administración pública han demostrado históricamente que descuidan el fortalecimiento interno, sobre todo porque los principales dirigentes dedican más tiempo a sus funciones públicas que a los asuntos de la organización. Por tanto, eso podría ser negativo para el partido blanco si tiene el objetivo de conquistar el espacio político que ha perdido en solo cuatro años y que amenaza con mantener relegada su marca política.

La experiencia más próxima sobre el desempeño de un partido grande cuando es aliado sin encabezar el acuerdo, lo representa el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que en el 1996 dejó de dominar el escenario electoral para dar su apoyo al PLD luego de quedar en el tercer lugar en la primera vuelta de esas elecciones presidenciales.

El PRSC presentó candidatura presidencial propia en el 2000, 2004 y 2008, pero en cada elección su caudal de votos era cada vez menor y la organización, ahora en oposición, no ha logrado repuntar y mucho menos conquistar el espacio político que dominó por tantos años bajo el liderazgo de Joaquín Balaguer.

“Hay una lección histórica y los partidos que apoyan otro dejan de ser opción competitiva para tomar el poder como cabeza y esa experiencia ya la vivió el reformismo que era el partido más poderoso del país”, analizó el politólogo Belarminio Ramírez. Al mismo tiempo observó que el PRD no dejó de ser opción competitiva por apoyar al PLD, sino por la división que sufrió y producto de ese cisma nació el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que se llevó más del 90% de la dirigencia de la organización.

“La participación del PRD en el Gobierno es una valoración que en términos de futuro será positivo para ambas fuerzas políticas porque veo en el PLD y el PRD una alianza continua”, vaticinó.

El reto de la convención

El PRD deberá hacer la convención para elegir las nuevas autoridades en el 2018, conforme a los estatutos de esa organización. El PRD hizo su convención interna en septiembre del 2014 para el periodo que concluye en el 2018. El proceso resultó traumático para Vargas debido a los incidentes que se registraron en las votaciones y las denuncias de Guido Gómez Mazara, que aspiró a la presidencia de la organización.

Gómez Mazara no ha dicho si volverá a aspirar a la presidencia del partido blanco, pero otros dirigentes ya están empujando sus proyectos, entre ellos el recién destituido director del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop), Aníbal García Duvergé.

El mayor inconveniente que Vargas podría presentar para mantenerse en la presidencia del PRD sería la inconformidad de los dirigentes que no logre colocar en el Gobierno.

La reivindicación de Vargas

Miguel Vargas asumió el Ministerio de Relaciones Exteriores, un cargo que podría servir para reivindicar su figura como político o por el contrario la puerta de despedida de su proyecto de convertirse en presidente de la República. El propio Vargas en un discurso que pronunció en junio del 2015 para anunciar su apoyo a la reelección del presidente Medina, dijo que su proyecto presidencial solo entró en receso “por ahora”.

Como canciller Vargas inició su gestión con el anuncio del levantamiento de la veda a 23 productos dominicanos que tenía el Gobierno de Haití y también en la participación en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) esta semana. La figura de Vargas quedó muy disminuida en el proceso de división del PRD, tras la crisis que se inició en el 2011.

En términos políticos, Vargas tuvo su mejor momento en el 2008, cuando fue candidato presidencial del PRD y logró el 42% contra el PLD y Leonel Fernández. Luego mantuvo su liderazgo en el PRD y aunque perdió la convención frente a Hipólito Mejía, fue una contienda bastante competida, 53% de Mejía frente a 46% de Vargas. Sin embargo, el presidente del PRD denunció que esa votación Mejía la logró con votos que no eran del PRD.

Vargas fue ministro de Obras Públicas en el gobierno de Mejía, donde hizo una gestión que le ganó buena imagen y políticamente lo convirtió en candidato del PRD. El actual Canciller además trabajó para fortalecer al PRD luego de la derrota electoral del 2004, en que ese partido salió del gobierno con Mejía de candidato y un 35% de votación y una pésima aprobación pública.

La cuota del PRD

Además de la designación del presidente del PRD como ministro de Relaciones Exteriores, Medina nombró a la dirigente de la organización, Janet Camilo, ministra de la Mujer, y César Mella, director del Instituto Dominicano de Seguros Sociales. Además, designó como vicemimistros a Carlos Gabriel García, Joel Díaz, Juan Santos, Henry Serraf, Virmania Arzeno, Geovanny Tejada y Juan Morales.

Más recientemente, el presidente Medina nombró al secretario nacional de comunicaciones del PLD, Víctor Gómez Casanova, director de la Autoridad Portuaria Dominicana; Julio Maríñez , director del Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop) en sustitución de otro perredeísta, Aníbal García Duvergé. Igualmente, el jefe del Estado designó a Rafael Guerrero Peralta, presidente del Consejo Nacional de Drogas, y Luis Ernesto Camilo, como presidente de la Junta de Aviación Civil.

Antes de las elecciones, el presidente Medina nombró a Peggy Cabral, presidenta en funciones del PRD, como embajadora en Italia.

Otros dirigentes del PRD esperan designaciones en consulados y el servicio diplomático, especialmente, algunos que abandonaron el PRM para volver a las filas del partido blanco, entre los que figuran Héctor Guzmán y Rafael (Fello) Suberví Bonilla.

El secretario general del PRD, Tony Peña Guaba, no tiene cargos, pero su esposa fue postulada en la boleta de la alianza como diputada al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Vargas siempre se entendió con PLD

El presidente del PRD, Miguel Vargas, siempre se ha entendido con el PLD y antes de la firma del acuerdo para la reelección de Medina, en el 2009 firmó el famoso “Pacto de las Corbatas Azules” con Leonel Fernández, con el que facilitó la reforma constitucional que incluyó la prohibición de la reelección inmediata y con ello negó la Constitución de Mejía del 2002, pero al mismo tiempo lo habilitó para optar de nuevo por la Presidencia de la República y dos años más tarde le ganó la convención y fue candidato presidencial del PRD. Diversos analistas políticos han calificado esa acción de Vargas como el mayor error de su carrera política.

Un abanderado de la ley de partidos

Vargas ha sido un abanderado de la ley de partidos y agrupaciones políticas. De hecho, la iniciativa figura en el acuerdo que firmó con Fernández para impulsar la reforma constitucional y también en su pacto de alianza con Medina. Tras las elecciones del 2012, Vargas dedicó gran parte de su agenda a consensuar esa iniciativa con los distintos sectores de la sociedad civil. Desde su perspectiva, la democracia dominicana no resiste otro proceso electoral sin la ley de partidos que garantice la democracia interna en las organizaciones políticas. También ha señalado que es necesario que se apruebe la reforma a la ley electoral que quedó obsoleta con la Constitución del 2010.

Buena acogida por los sectores PLD

Vargas tiene buenas relaciones con los dos principales sectores del PLD, el que dirige Leonel Fernández y el del presidente Danilo Medina, y en cada momento histórico ha hecho alianzas con ambos. Recientemente, el presidente del PRD sufrió una fractura en el pie derecho y en la ocasión Fernández lo visitó en su casa en solidaridad por su situación de salud. Lo propio hizo el presidente Medina en apoyo a Vargas. Durante la campaña electoral pasada, Vargas también tuvo receptividad de los peledeístas en los recorridos que hicieron por todo el país. Vargas lleva más de diez años influyendo en el escenario político, desde que asumió el rescate del PRD que quedó dividido tras la derrota electoral del 2004 por conflictos internos.

Armador
Acuerdo. Con el acuerdo, Vargas logró salvar al PRD de su peor momento y llegar al poder con una buena cuota de cargos.

Cambios
Escenarios. Cada escenario político trae sus propias realidades y Vargas se ha mantenido influyendo por más de 10 años.

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