Danilo Medina acudió ayer al Palacio Nacional, a invitación del presidente Leonel Fernández, y se hizo acompañar de varios de sus muy cercanos colaboradores, aunque la foto enviada por Palacio a los medios solamente mostraba a los presidentes Fernández y Medina con sus respectivas esposas, Margarita y Candy. Hubo fotos en el despacho presidencial y en el Salón de Embajadores, antes del suculento almuerzo servido en un saloncito adyacente. El menú fue austero pero las conversaciones no, ya que ambos presidentes hablaron con mucha distensión, al igual que sus consortes. No faltaron los momentos de risas y carcajadas por par de chistecitos suaves para romper el hielo. En resumen, me dijo uno de los que estaban ahí, “se trató de una conversación de Estado, donde no pudieron faltar los toques personales, conocidas la cortesía y diplomacia de Leonel y Danilo”. Las primeras damas no hablaron tanto como sus maridos, aunque se vieron sonrisas, unas de claro nerviosismo y otras de agrado. Los que menos hablaron fueron los contertulios externos, que más bien lucieron como relleno y agotaron más conversaciones entre sí que participando en el diálogo central del encuentro. ¡Aaah!, como Danilo tenía cierto tiempo que no iba a la mansión presidencial, alguna gente salió a verle desde las puertas de algunos despachos y otros se conformaron con observar su llegada y salida por las ventanas. No faltaron las ganas de muchos por saludar al presidente electo, que comenzará su administración el próximo 16 de agosto, pero ustedes saben como es el protocolo. ¡Je, je, je…!
No hay dudas
La crónica de Palacio no identificó a quienes acompañaron a El Titán de Bronce en su visita. Eran pocos y no se hicieron notar mucho. Tal vez por eso, los periodistas quizás no se percataron o no quisieron percatarse de quiénes eran. Ahora bien, la realidad es que, independientemente de que Medina ha dicho que no está aún en decretos, esos huelen a funcionarios a partir de la segunda quincena de agosto. ¿Sí o no…?
