David Ortiz, antes y después

David Ortiz fue ayer el recipiente de una majestuosa ceremonia de despedida, digna de un pelotero que se marcha por todo lo alto tras una excelente carrera en el terreno y grandes aportes fuera del mismo.El Big Papi recibió ayer los honores…

David Ortiz fue ayer el recipiente de una majestuosa ceremonia de despedida, digna de un pelotero que se marcha por todo lo alto tras una excelente carrera en el terreno y grandes aportes fuera del mismo.

El Big Papi recibió ayer los honores propios de su investidura como uno de los mejores en la historia de Boston, la ciudad en la que ha conquistado miles de corazones, y como un orgullo dominicano en las Grandes Ligas.

El Fenway Park, el estadio más viejo en las Mayores, se rindió a sus pies con un desfile de personalidades y figuras, entre las que estuvo el presidente Danilo Medina, quien, ataviado con un abrigo y gorra de los Medias Rojas, realizó el lanzamiento de la primera bola.

Hay un antes y un después de Ortiz. Supo decir adiós al juego cuando le quedaba combustible para que su maquinaria recorriera con calidad los últimos seis meses de campaña de su carrera. Se va a su manera y no como uno más que le mostraron la puerta de salida.

El último recuerdo de David es una temporada llena de marcas para un pelotero en su año de salida y, por igual, para uno con al menos 40 años.

Concluyó como líder en ambas ligas en dobles (48), en porcentaje de slugging (.620) y en OPS (1.021), que es la sumatoria de los porcentajes de embasarse y de slugging. Fue colíder en remolcadas de la Liga Americana con 127, dio 38 jonrones y bateó para .315.

Es el propietario de un sillón de honor en los registros de los Medias Rojas, el equipo al que ayudó a salir de las sombras en 2004, cuando lograron la primera corona en 86 años. Sus aportes fueron demasiado valiosos en esa postemporada, especialmente en la serie del regreso 0-3 ante los Yanquis. Luego llegaron los anillos de 2007 y 2013.

Sus excompañeros, entre ellos Pedro Martínez, estuvieron presentes para rendirle el tributo de rigor al hombre que tuvo roles brillantes en esas tres conquistas.

Finalmente, está el ser humano cuya fundación ha salvado cientos de vidas. Muchos niños hoy respiran porque ha tendido su mano. Eso lo eleva a una categoría especial.

elCaribe se une al regocijo nacional que reina por Ortiz, a quien le retirarán su número 34 y a quien, dentro de cinco años, veremos en el Salón de la Fama de Cooperstown. l

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