Si es por los números, Adriano debe ganar mucho a poco. La pelea está en el último round. El combate será este martes 24. Es la gran revancha del senador dominico-americano Adriano Espaillat contra el congresista afroamericano Charles Rangel. Ambos libraron en 2012 su primera batalla política. Tras una jornada que terminó empate, Rangel ganó por apenas 1,085 votos. Solo hubo 50,000 votantes registrados. Espaillat obtuvo 17,000 y Rangel 18,086, una muy baja votación. La lucha es por el control del Distrito 13, que cubre desde la calle 96 hasta la 220 en Manhattan, y parte del Bronx, por Kimbridge y Grand Concord. Hubo 350 mil votantes registrados en esas primarias del Partido Demócrata. Pero votaron menos de 50,000. Por lo visto, al neoyorquino, decepcionado con muchos de sus líderes, le importa poco el voto. Los latinos (55%) blancos (27%) y afroamericanos (23%) conforman el mozaico mayoritario de razas del Distrito 13.
La nueva jornada muestra un panorama idéntico de virtual empate, cuando apenas resta una semana para la contienda. La encuesta del New York Times mostró el cuadro así: 41% a favor de Rangel. Y 32% Espaillat, 9 puntos de diferencia. Como se ve, Rangel, veterano zorro sensiblemente apagado, ya no es el líder invencible que fue durante 44 años. Tampoco es aquel hueso fácil de roer. Su última reelección fue una dulce paleta de despedida, más que una victoria. Pero todavía le quedan aliados duros, como Bill Clinton, el expresidente que apoyó su nominación. Fue una especie de aire oxigenado, en medio de las peores acusaciones de evasión fiscal y violaciones étnicas que tambalean su carrera política. Soporte fundamental de los Clinton en Harlem, Rangel, con más dinero que Adriano en la campaña, recibió fuerte apoyo financiero del ex-mandatario a través del Empowerment Zone con alrededor de 300 millones de dólares que aún son responsables del poder social y político que conserva con 83 años y visiblemente enfermo.
A diferencia de Rangel, quien sí tiene logros que exhibir, Adriano es un general sin tropas, nada concreto que mostrar. Es su mayor debilidad. Y aunque no ha sido objeto de acusaciones graves en corte está bajo investigación federal por manejo impropio de fondos de la Coalición del Norte de Manhattan en beneficio de familiares y amigos. Hay que decir en su favor que lo mismo sucede con casi todos los asambleístas y senadores de Nueva York: son pura voz, mucha espuma y poco chocolate. Con 717 mil residentes, la comunidad dominicana marcha adelante con tres representantes políticos, el Concejal Ydanis Rodríguez, la asambleísta Gabriela Rosa y el senador Espaillat, pero sus logros son invisibles aún. Considerado jefe de una maquinaria, Adriano tiene 18 procesos ganados y uno sólo perdido. Ahora logró firme respaldo de los más fuertes líderes demócratas en el Bronx, y de una amplia coalición de sectores de todas las razas. Se supone que conseguirá el voto de otras razas y hasta de algunos afroamericanos, el fuerte de Rangel. Su mayor fortaleza, sin embargo, es el votante dominicano, que con 20 mil nuevos inscritos, y el apoyo de todo el liderazgo político nacional en la República Dominicana, coloca a Adriano en mejor posición que nunca para destronar a Rangel, el congresista en franco desplome.
