Muy oída la presunción de que por hacernos las interesantes o “difíciles”, las mujeres decimos no cuando queremos decir sí. Ricardo Arjona escribió una canción alusiva: “Dime que no, pensando en un sí y déjame lo otro a mí, que si se me pone fácil, el amor se hace frágil y uno para de soñar. Dime que no, y deja la puerta abierta”.
Lejos de esa idea, la inclinación femenina frecuente es a decir sí debiendo decir no. Por “quedar bien” o quizá exceso de benevolencia, asentimos ante solicitudes de hijos, familiares, amigos, colegas, aun con motivaciones fundadas para emitir una negativa. Después, lamentamos nuestra blandura. Aprender a decir más el sincero “no”, empoderamiento femenino importante. l