Del más rico y el más pobre

La República Dominicana no es un país con alta vocación de exportador. Desde el pasado, nos caracterizamos por la exportación de productos tradicionales, dando paso a lo que algunos expertos llamaban “economía de los postres”, pues nuestros&#8230

La República Dominicana no es un país con alta vocación de exportador. Desde el pasado, nos caracterizamos por la exportación de productos tradicionales, dando paso a lo que algunos expertos llamaban “economía de los postres”, pues nuestros fuertes exportables eran café, cacao, azúcar y tabaco.

Sin embargo, aunque lentamente, hemos ido desarrollando nuestras exportaciones de productos más terminados como el ron, cerveza, varilla, cemento, en el caso de los industriales; así como banano, frutas tropicales y vegetales, en el caso de los bienes agrícolas. En materia de zonas francas, República Dominicana aprovechó las facilidades que ofrecía y aún ofrece Estados Unidos y avanzó en sus ventas de textiles, aunque ese sector ha tenido que diversificarse para mantenerse en niveles competitivos. Por eso han crecido exportaciones de zonas francas de implementos médicos, calzados y otros artículos más sofisticados.

Llama la atención el destino de nuestras exportaciones. De acuerdo con las estadísticas, se estima que más del 90% de nuestras ventas en el exterior van, en primer término, hacia el país más rico del continente: Estados Unidos, y como segundo mercado más importante, el país más pobre del continente: la república de Haití.

Las diferencias económicas de nuestros dos principales socios comerciales, también se sienten en los niveles de exigencia, pues nuestras exportaciones hacia Estados Unidos deben cumplir con los más estrictos controles fito y zoosanitarios, así como de documentación y procedimientos que exige esa nación para recibir mercancías del exterior. En cambio, nuestras ventas hacia Haití se desarrollan sin los más mínimos niveles de control de calidad. Incluso, muchos de los productos que exportamos a Haití no se cunsumen en República Dominicana por su baja calidad.

Es hora de que nuestras autoridades y nuestros productores unifiquen criterios en cuanto a la calidad de nuestras exportaciones.

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