El sistema democrático es muy defectuoso, pero aún no se ha logrado otro que lo supere. Se dice y tenemos que asumirlo que la democracia es participación de todos y que en ella se busca el ejercicio de todos los derechos fundamentales. Para eso la sociedad de conjunto debe producir la riqueza que ha de costear el funcionamiento del sistema.
Para ser explícito debe sólo señalarse que una población con bajo nivel educativo tiene muchas limitaciones; con escasa participación como fuerza laboral es más carga que contribución a generar riqueza; con bajos servicios de salud su eficiencia se reduce y su incapacidad entorpece su propio desarrollo.
Muchas veces se quiere comparar el nivel de vida entre países considerando exclusivamente el salario mínimo, y eso es un error. En una sociedad donde el Estado ofrece todos los servicios que garantizan el ejercicio de los derechos fundamentales, la calidad de vida es muy superior a la de aquella otra sociedad en donde sólo importa el salario.
La democracia es un sistema político que cuesta dinero y ese costo debe ser cubierto por todos y no solo por una parte. Esto significa ir en la búsqueda de la equidad e igualdad de oportunidades y no hacer descansar en una parte de la población, la más numerosa, todo el esfuerzo y trabajo y no los beneficios.
La sociedad dominicana ha tenido en los últimos 40 años un proceso productivo desigual; ha venido desde la precariedad de sus riquezas hasta un relativo crecimiento de ella.
El mejor indicador sobre el crecimiento económico del país es su producto interno Bruto (PIB) el cual es toda la riqueza que la sociedad entera produce en un año; para establecer el PIB los organismos internacionales aplican sus cálculos lo cual permite precisarlos.
Por ejemplo, el Banco Mundial tiene gráficos fáciles y sencillos en su página web sobre indicadores mundiales de desarrollo.
Son interesantes las cifras relativas a la República Dominicana. Cuando se fundó el PLD en 1973, el PIB era de 2 mil 344 millones de dólares; veintitrés años después en 1996, empezando el primer gobierno del PLD, el PIB fue de 18 mil 138 millones de dólares; en el año 2000 al término de ese primer mandato se llevó el PIB a 23 mil 996 millones de dólares, creció alrededor de 5 mil millones.
El PRD entró a gobernar y con su torpeza de manejo en los temas económicos provocó un decrecimiento del PIB a 22 mil 039 millones de dólares.
En cambio, a la vuelta al poder del PLD el PIB creció de 22,039 millones a 59 mil 050 millones de dólares al 2012.
Como se ve la economía dominicana ha tenido un crecimiento significativo, particularmente, en los gobiernos del PLD.
Sin embargo, la riqueza ha cogido para un solo lado y el Estado Dominicano no ha recibido los recursos para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales, más bien los indicadores de los organismos internacionales acusan de mucha desigualdad, pobreza, desempleo, ausencia de servicios básicos y de un régimen político que carece de bienestar.
La clave está en mejorar la presión tributaria y en la transparencia en el manejo de las instituciones públicas. Eso tiene un costo, pero la democracia cuesta. l
