Un banquero de inversiones cae en un abismo existencial al perder a su esposa en un accidente. De un estado de dedicación total a su carrera y empleo va abandonando todo y anulándose como ente social y como banquero. Puesto así tal parece que la historia es un símil a quienes dedican su vida a las finanzas y por un tris en sus vidas sentimentales absolutamente todo (vida profesional y personal) cae en un estado de involución y de auto piedad. Un estado de enloquecimiento escalonado a según pasan las secuencias. En esa trama la historia se dirige hacia un estado de deconstrucción de la vida del protagonista mediante nuevas relaciones (nota: ´deconstrucción´ como noción filosófica es el “desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades”). La falta de esos momentos se complementa con metáforas de reconstrucción y deconstrucción. La dirección se ocupa de mantener agitación visual mediante cámara en la mano, literalmente, consiguiendo generar impresión de expectación, de tomas que logran atrapar la atención, aunque no parece dar muy buenos resultados en aquellos momentos en que -se demuestra mucho en el cine- el personaje se mueve o gesticula solitario y en reflexión, esos instantes valen más para el público que necesita una pausa con la toma de la cámara asentada en algún punto de la escena y casi siempre en un plano general. En la interpretación, el personaje protagónico se muestra como un ser sin vida interior, ausente, involutivo, valiéndose de todas las herramientas gestuales y de impostación de la voz. Puntualiza bastante bien esos elementos de la dirección de arte y consecuentemente el diseño de producción en la que aquella casa en la que vivía la pareja es ausente en alegría, apenas elegantes composiciones de color negro y gris, con grandes ventanales. La segunda mitad del filme solo se sostiene por la excelente interacción de actrices y actores que le dan singularidad a escenas iterativas con altos ribetes figurativos. El montaje, manejado con gran destreza, usa el flashback con tal propiedad que le dan inflexiones creativas refinadas y atinadas. El guión es bastante eficaz con excelentes diálogos que provoca empatías. Aunque aun así, el filme como un todo no llega a emocionar en ningún momento, salvo los primeros minutos y la primera parte que nada entre el drama y la comedia.
H HH Género: Drama . Duración: 101 minutos.
