No desviar el foco

Las declaraciones del gobernador del Banco Central sobre la necesidad de mejorar los ingresos de los trabajadores provocaron irritación en el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep). Y particularmente, el señalamiento que sugiere alguna vinculaci

Las declaraciones del gobernador del Banco Central sobre la necesidad de mejorar los ingresos de los trabajadores provocaron irritación en el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep). Y particularmente, el señalamiento que sugiere alguna vinculación entre inseguridad y desigualdad social.

El ejemplo del efecto de la sobreexposición de la abundancia o la extravagancia de los que más tienen frente a quienes menos reciben, en una sociedad donde la inequidad es quizás el mayor de los problemas, no debe ser utilizado para desviar el foco de la cuestión principal: “… un reto pendiente en el país es mejorar los salarios de los trabajadores, que permita impulsar la demanda agregada, a través de un aumento en el consumo, la inversión y en la producción… Esto permitiría que el crecimiento económico se derrame a favor de la gran mayoría de la población, mejorando la distribución del ingreso y contribuyendo a la reducción de la pobreza”.

A nadie se le debe ocurrir que Héctor Valdez Albizu haya sugerido a los marginados o ciudadanos de bajos ingresos, que cometan delitos para cubrir sus necesidades. Lo que debe preocupar seriamente es que “el ingreso promedio real de los trabajadores dominicanos al cierre de 2014 es prácticamente igual al vigente en 1991, pese a la productividad haber aumentado 65.5% en esos 23 años”. ¡Es una barbaridad!

Es una cuestión que no se la ha inventado este funcionario. Las sociedades no pueden progresar equilibradamente, con paz social y seguridad si unos pocos se quedan con toda la riqueza que crea el capital junto al trabajo.

Las condiciones materiales de vida de las personas, el acceso a los bienes y servicios, la calidad del entorno social donde habitan, impactan la convivencia y la gobernabilidad. Es un conjunto indisolublemente relacionado. Diversas concepciones lo racionalizan, desde los enfoques de la escuela socialista, la sociológica norteamericana o la escuela de la defensa social. Una cuestión complicada hasta para los académicos.

Aquí y ahora importa reconocer que la economía dominicana, en crecimiento, sigue reproduciendo exclusión social, con un déficit acumulado en la provisión de los bienes fundamentales. Ese es el punto focal y no debemos perderlo de vista.

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