La devaluación monetaria no es compatible con el crecimiento de la economía dominicana. Así lo infieren los tres años en los que la producción nacional disminuyó, en las últimas cuatro décadas.En cada uno de esos años un denominador común fue el aumento de la tasa de cambio y niveles de inflación elevados. La historia económica dominicana, a partir del 1970, registra decrecimiento económico en los años 1985, 1990 y 2003. Al menos en dos de esos años, el financiamiento con dinero inorgánico fue un factor influyente en los desequilibrios económicos.
Los años 1990 y 2003 también tienen como elemento común el de ser los dos años en que se han registrado los mayores niveles de inflación. El descalabro económico del 1985 se originó en medio de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en tanto que los de los años 1990 y 2003 obligaron al país a tocar las puertas de ese organismo financiero.
Los ciclos
En los ciclos económicos negativos, la mayor caída se produjo en el 1990, con un decrecimiento del producto interno bruto (PIB) de un 5.5%, seguido del 1985, que registró una caída en la producción nacional de un 2.1%. En el 2003 la baja fue de 1.9%.
La histórica caída del 1990 – acompañada de una inflación de tres dígitos—fue asociada a un desbordamiento de la política fiscal, ejecutada para financiar lo que en la ocasión se consideró como gigantesco programa de inversiones públicas no programadas en el presupuesto y sin financiamiento a largo plazo.
Para entonces se construían, entre otras obras, las presas de Jigüey y Aguacate, el acueducto de Santo Domingo y el Faro a Colón. En el segundo mayor decrecimiento económico ocurrido en la economía a partir del 1970, hubo un precedente de inversiones públicas. La administración gubernamental correspondiente al período 1982-1986 inició un masivo programa para construir unas 10 mil viviendas en Santo Domingo y Santiago. El proyecto, conocido como Inviviendas, arrancó pero no pudo avanzar ni al 40%. Fue concluido muchos años después.
En el caso de la caída del 2003, que reportó la devaluación más elevada de la historia monetaria de las últimas cuatro décadas, el principal detonante fue la crisis bancaria que obligó a las autoridades monetarias a producir un rescate bancario con un volumen de recursos de casi una quinta parte del PIB.
En el informe sobre la economía de ese año, el Banco Central dice que fue resultado del impacto negativo generado por “un conjunto de factores, entre los que se destacan el aumento de los precios de los combustibles, la devaluación de la moneda y la crisis bancaria”. Destacó que fue “la primera vez, desde la crisis económica de principios de los noventa, que la economía dominicana experimenta una contracción en términos anuales”. Asimismo, indicó que el rescate bancario llevado a cabo por las autoridades monetarias con el objetivo de evitar una crisis sistémica en el sector financiero, produjo una expansión de los agregados monetarios”.
De la evolución en sí de la actividad económica, el Banco Central precisó que en el 2003 todos los sectores estrechamente vinculados a la demanda interna cayeron. “Sectores tales como comercio, construcción, electricidad y agua, transporte, agropecuario y manufactura presentaron crecimiento negativo en el año”, destacó al tiempo de precisar que esos sectores representan el 62% de la producción doméstica. En contraste al desempeño de los sectores vinculados a la demanda interna, los orientados a producir para los mercados internacionales, como turismo, zonas francas y minería exhibieron desempeño positivo. Por lo regular, esos sectores ven en la devaluación un incentivo para aumentar sus exportaciones. En el 2003 la Agropecuaria, que es la actividad de mayor aporte en el sector primario de la economía, se contrajo 2.9%, como resultado de un incremento significativo en los precios de los insumos ante la fuerte depreciación.
