Su nombre comienza con A, la misma letra con que empieza la palabra amor.
Un día como hoy, hace seis años, esperaba la llegada de mi Ashley. En ese momento, lo único que empañaba la alegría inconmensurable de la espera, era el temor de que algo saliera mal.
La soledad ya no era un problema, pues mi amiga, casi hermana, Ruth, estuvo conmigo desde que llegué a la sala de emergencias; a ella le entregué todo lo que tenía encima, incluyendo una lista con los números de teléfonos de mis padres y hermanos, que se encontraban en el extranjero, para anunciarles la noticia cuando por fin se produjera su llegada.
Aún estaba en la antesala cuando llegó Jhonny, mi hermano mayor, con el mismo afán de siempre de querer disimular que algo le preocupaba.
Él no tiene hijos y, en su vida, era la primera vez que asumía la responsabilidad de un padre, tanto para mí como para la criatura que venía en camino. Se moría de miedo de pensar que el doctor lo invitara a participar en el parto.
El reloj marcó las 10:00 de la mañana, ya todo estaba listo, solo era cuestión de minutos para conocernos. Treinta y cinco minutos más tarde, Ashley, escuché tu llanto por primera vez, comienzan a brotar mis lágrimas y también las de Ruth, ella te recibió, no se separó más de ti hasta que te llevaron a la sala de recién nacidos.
Nos conocimos cerca de las cuatro de la tarde, cuando ya no me faltaba ni una enfermera por preguntarle que cuándo me llevarían a mi bebita. Cuando te tuve entre mis brazos por primera vez, estaba temblando, pensaba que eras tan frágil como el cristal, que ante la más mínima torpeza mía te romperías en mil pedazos. Esa era la razón por la cual no quería sostenerte.
Eras tan chiquita y yo tan importante para ti. Era la más hermosa responsabilidad de mi vida.
Ese día conocí el amor más grande, el amor de madre, sentí en su máxima dimensión la bendición de Dios. Ahora miro una fotografía de tus primeros meses de vida y me parece increíble todo lo que has aprendido y más aún que ya puedas leer estas líneas, que más que de un teclado han salido de lo más profundo de mi corazón. Te amo.
