Cuando el Congreso de Paraguay destituyó al presidente Fernando Lugo, elCaribe no tuvo la menor duda de que se trató de una conspiración en la que no estaba ausente el vicepresidente sustituto, y con él el poder sobre las tierras, las lacras del Partido Colorado y el sustrato de los 40 años de Alfredo Strossner y los dictadores que le precedieron.
Ha habido en República Dominicana muchas confusiones sobre los hechos deplorables en Paraguay. Algunos se han amparado en la conducta personal del presidente Lugo, antes de ser elegido como presidente por el voto popular, durante su ejercicio como obispo católico. Se trata de una miope visión que no descubre la peligrosa trastada ejecutada contra la democracia en América, por “la vía constitucional”.
Satisface que en el liderazgo dominicano, bajo la gestión precisamente del presidente de la República, haya habido una actitud firme, sin la menor dubitación, desde el mismo momento en que se consumó el golpe. Desde Río de Janeiro, el presidente Leonel Fernández emitió una declaración muy digna, que honra a la Nación. Condenó de la “manera más enérgica la forma ilegal y antidemocrática” como el mandatario paraguayo fue expulsado del poder.
“Aunque el presidente Lugo ha sido reemplazado por el vicepresidente, se trata de un gobierno que carece de toda legalidad”, dijo y planteó la necesidad de una acción colectiva de la comunidad internacional.
En el día de ayer, la Cancillería informó que la Organización de Estados Americanos (OEA) acogió la solicitud presentada por el país para analizar hoy martes la crisis en Paraguay. Paralelamente, el Canciller Carlos Morales Troncoso llamó a consulta al embajador en Paraguay. Y a través del representante permanente del país ante ese organismo solicitó al secretario general, José Miguel Insulza, y al presidente del Consejo Permanente, Leonidas Rojas Bautista, que consideren la “convocatoria inmediata” de una sesión extraordinaria de la Asamblea General.
Celebramos esa coherencia dominicana y lamentamos que el campeón de la democracia en el continente, EE.UU., apenas reaccionara anoche expresando que está “preocupado” por la rapidez y los cuestionamientos al juicio político contra Lugo.
