El dinero solo no acaba con el crimen

Siete años después de iniciado el Plan de Seguridad Democrática, con presupuestos anuales en aumento, las cifras de muertes por homicidio culposo o asesinato son casi las mismas.

Siete años después de iniciado el Plan de Seguridad Democrática, con presupuestos anuales en aumento, las cifras de muertes por homicidio culposo o asesinato son casi las mismas. En 2005, cuando se puso en marcha el Plan, la tasa de homicidios en la República Dominicana era de 25.8 por cada  100,000 habitantes. Desde entonces esa medición ha oscilado entre 22 y 25 homicidios por cada 100,000 habitantes, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

En el país la criminalidad ha aumentado en un 246% en los últimos seis años, proporción considerada por ese organismo como la mayor entre los países de América Latina.

Los homicidios, asaltos, narcotráfico, muertes por encargo, secuestros y enfrentamientos entre vándalos, no han decaído. Es un escenario que cuestiona los objetivos básicos de un proyecto que en principio vendió certidumbre y confianza entre los dominicanos.

La incidencia del Plan de Seguridad en la reducción de las muertes violentas no parece, en fin, relevante sino poco eficiente.

Cuando en agosto del 2005, el presidente Leonel Fernández puso en vigencia el Plan lo consideró el más ambicioso programa de seguridad ciudadana, nunca aplicado en la República Dominicana.

El buque insignia del Plan se denomina “Barrio Seguro”. Fernández prometió “pulverizar” el crimen en el terreno escogido por los delincuentes. El año 2005, el primero de “Barrio Seguro”, culminó con 2,382 homicidios, según el informe sobre la evolución de muertes violentas en el país, preparado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

El año siguiente de la puesta en vigencia de este plan tutelar (2006), cuando la ciudadanía tenía mejores perspectivas de los operativos desplegados, se produjeron 1,934 homicidios (un 18,81% menos que el anterior).  Es el mayor descenso en la cifra de homicidios registrada por el plan. Coincide con el mayor aumento presupuestario interanual.

La gran mayoría de las muertes de ese año fueron por armas de fuego, según las memorias de la Policía Nacional depositadas en el Congreso Nacional. Los heridos por ese motivo sumaron 5,423.

En los años subsiguientes, 2007, 2008 y 2009, se registraron 6 ,779 homicidios en conjunto, según las mismas cifras de la ONE. Equivale a una media de 2.260  muertes por año, menos que las registradas el año que se inició el Plan. En el 2010, sin embargo, se registraron 2,495 muertes violentas, 113 más que el año del arranque del Plan (un 4,5% más respecto a 2005). De acuerdo con la Procuraduría General de la República, en 1,618 de esas muertes se usaron armas de fuego.

El Gobierno dedicó 120,000 milones de pesos entre 2005 y 2010 para obtener una reducción media de homicidios que no llega al 4% en ese período. Es un nivel de eficiencia discutible.

“Independientemente de que sean muchos o pocos, es indudable que los recursos invertidos por las autoridades para la preservación de la paz pública no han logrado otra cosa que sembrar terror y espanto entre nosotros”, asegura el abogado Julio Cury. El Gobierno define el Plan de Seguridad Democrática como un programa para “garantizar el ejercicio de los derechos ciudadanos”. Esta intención le cuesta al Estado gran parte de la partida presupuestaria que le asigna al Ministerio de Interior y Policía.

Barrio Seguro

Los programas y subprogramas que sustentan el Plan de Seguridad Democrática son, fundamentalmente, dos: el de la Reforma y Modernización de la Policía Nacional y otro programa denominado “Barrio Seguro”.

La reforma de la PN está basada en seis áreas: desarrollo de una policía preventiva; reforma académica para mejorar la formación de los policías; la implementación de un moderno sistema de investigación criminal; el acercamiento de la Policía Nacional a la sociedad civil a través de la Policía Comunitaria; diseño y organización gerencial para obtener una mayor eficiencia administrativa y el desarrollo de un programa efectivo de Asuntos Internos, responsable del control sistemático de la corrupción y de la profesionalización de sus miembros en materia tecnológica.

“Barrio Seguro” encierra a su vez aspectos como financiamientos a microempresarios, construcción y reconstrucción de casas, becas estudiantiles y centros de capacitación tecnológicos y comunales.

“Barrio Seguro”, presente en 103 barrios a nivel nacional, también debería cubrir incentivos para fiestas navideñas, bandas de música, salas de arte, para madres prematuras adolescentes y otras iniciativas como “municipio seguro”; “niñas, niños y adolescentes escolarizados de mi barrio” y “villas de la seguridad ciudadana”. Otros proyectos financiados, al menos en el papel, por el el Plan de Seguridad Democrática son: red alimentaria, protección a víctima de la violencia; prevención y seguridad, control de bebidas alcohólicas, control de armas de fuego, control y regulación de productos pirotécnicos, asistencia en carretera y la mesa interinstitucional de estrategias contra el microtráfico de drogas.

Malas notas a la gestión policial

“Cállate si no quieres que te matemos” es el título del informe presentado la semana pasada por Amnistía Internacional, en el que revela que en los primeros siete meses de este año 154 personas murieron en forma violenta a manos de agentes de la Policía.

El documento, que no dice si la Policía fue consultada en torno a las razones de las malas acciones de algunos de sus agentes, denuncia acciones de complicidad entre miembros del cuerpo del orden y delincuentes para cometer actos reñidos con la ley.

Agrega que la Policía ubica cada los casos de muertes a manos de la Policía como “intercambios de disparos”, aunque en muchos casos se comprueba que se trató de ejecuciones. Agrega que muchos agentes policiales aparecen involucrados en actos de delincuencia.

Persiguen asesinos de sargento

La Policía persigue de manera activa a dos desconocidos que asesinaron al sargento mayor Mártires Lorenzo Liranzo, para robarle su arma de reglamento. El crimen se produjo la noche del miércoles en el kilómetro 13 de la autopista Las Américas, en Santo Domingo Este.

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