Cuando se trata de promover la inversión extranjera o de incentivar nuestras exportaciones, no existe en la práctica ningún impedimento de derecho internacional que pueda restringir, a priori, las funciones que ejercen tanto los agentes diplomáticos en el área comercial como los enviados por otras instituciones estatales o privadas en ese sector. La diplomacia moderna ha cedido espacio a otros sectores, incluyendo asociaciones con instituciones descentralizadas de los ministerios de relaciones exteriores.
Un excelente ejemplo lo constituye el acuerdo de colaboración concertado entre nuestra Cancillería y el Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD). Pese a los límites jurisdiccionales y a las funciones específicas de ambas, no hay restricciones jurídicas que delimiten sus labores. La diplomacia comercial en el mundo de hoy es llevada a cabo en gran parte por actores descentralizados de las cancillerías, tales como institutos de desarrollo federales o estatales y departamentos de incentivos, entre otros.
El “Country Branding”, y los “social media”, son estrategias adicionales a su alcance que se ejercen a través del contacto directo con el público local, interviniendo a la vez en el área de la diplomacia moderna conocida como “Public Diplomacy”. Para el experto en asuntos de derecho internacional y diplomático profesional, doctor Luis Arias, la diplomacia pública ha sido uno de los instrumentos más preciados en sus exitosas gestiones como jefe de misión. Es una interesante labor de coordinación, de descentralización de funciones, de “savoir faire”, de mercadeo, de gestión práctica de proyectos diplomáticos, de resultados óptimos para quienes poseen no solo la experiencia y la formación intelectual, sino el curriculum individual o el tiempo en un puesto público.
Se trata de la habilidad de elaborar proyectos de diplomacia comercial originales, de iniciativas auténticas sin conformarse al simple reporte de participación a eventos y ferias. Para ello se desarrollan programas propios de incentivo a la inversión extranjera y a nuestros productos de exportación, asumiendo responsabilidades de buen funcionario del Gobierno. Tanto el diplomático como el representante del CEI-RD, rinden cuentas a su “headquarter”, dando fe de sus resultados.
