Discurso inaugural de Construexpo’90

Marzo 24 de 1990Cuando los señores Bienvenido Martínez Brea, Sócrates Puello y José Veras…

Marzo 24 de 1990

Cuando los señores Bienvenido Martínez Brea, Sócrates Puello y José Veras me propusieron la celebración de este evento mi intención,  y la de la Cámara Dominicana de la Construcción, fue de total apoyo en una forma militante, inmediata y continuada. Pensamos que un evento de tanta magnitud y trascendencia nacional e internacional donde se expusiera qué ha hecho el sector de la construcción merecía algo especial, muy especial de los empresarios nacionales y de toda la América.

Por eso están aquí como invitados tres de los cuatro miembros que componen el Comité Ejecutivo de la Federación Interamericana de Industria de la Construcción (FIIC). Atendiendo a esta invitación están aquí el 1er. vicepresidente,   Roberto Torres Ponce De León, de Bolivia; el secretario general, Miguel Angel Salinas, de México y el segundo vicepresidente Carlos H. Cromiyer, de El Salvador, ellos han venido a celebrar con nosotros esta fiesta de los constructores dominicanos, donde se magnifica la gran obra de nuestro gobierno en el campo de la construcción y donde se demuestra la entrega y pujanza del sector privado de esta actividad que es la mayor y mejor herramienta de desarrollo a nivel mundial, que paga en salarios 1.4 veces más que cualesquier otra actividad que es la mayor generadora de empleo directo e indirecto por cada peso invertido, que genera salarios más rápidamente que cualquier otro renglón productivo, que interviene directamente en toda otra actividad, pues sin construcción no hay salud, no hay educación, no hay comunicación, no hay agricultura, no hay suministro de agua, no hay agroindustrias, no hay turismo, no hay zonas francas, en fin, no hay producción.

Para percatarse de lo que ha sido la industria en nuestro país en los últimos años están los empresarios de América para tomar conciencia de que los incrementos en la industria de la construcción dominicana en los últimos años han sido los siguientes:

*Del año 1987 al 1986 un 40%.

*Del año 1988 al 1987 un 20%.

*Del año 1989 al 1988 un 15%.

Sin duda los mejores de América, aquí cabe una comparación histórica “al terminar la campaña de Italia que tomó 13 meses Napoleón había ganado más batallas en suelo italiano, que todos los generales franceses juntos en 300 años”,  y es que señores, la política del gobierno actual en 16 años ha generado más construcción que en cualquier período de 50 años de todos los gobiernos dominicanos juntos desde el 1844 hasta la fecha.

Me atrevo a hacer esta afirmación incluyendo lo que ha hecho el sector privado dentro de un clima de desarrollo, confianza y apoyo del sector oficial, veamos qué ha pasado en el sector privado ligado a la construcción el los últimos tres años, por ejemplo:

a) Desembolsos: más de 1,500 millones de pesos.

b) Crecimiento sostenido de la banca
hipotecaria.

c) Dividendos máximos para este sector.

d) Fortalecimiento y crecimiento del sistema de ahorros y préstamos y su
organismo rector, el Banco Nacional de la Vivienda.

e) Para el año 1990 tendremos terminadas 18,000 habitacionales hoteleras,  22,000 plazas de empleo y un flujo turístico superior al de 1,000,000 de turistas.
f) Para este mismo año tendremos más de 110,000 empleados fijos en zonas
francas.

g) Tendremos generados en construcción privada 25,000 empleos directos y
pagaremos de jornales más de RD$250 millones anuales.

h) Empresas fabriles que han aumentado en un 300% su producción.

i) Debo destacar las edificaciones institucionales realizadas por el grupo BHD, Grupo Popular, Grupo Bancrédito y el Grupo Bancomercio, que levanta un grandioso hotel en la avenida George Washington, para solo mencionar algunas.
Es decir, que 212,000 puestos de trabajo dependerán del sector privado en esas áreas al final de 1990 y por tanto más de un millón de dominicanos.

Estamos conscientes que todavía tenemos que mejorar muchos aspectos en la política general del país para ir acorde con nuestro desarrollo, sostenido, estos aspectos quiero señalarlos someramente, a manera de recordatorio o sugerencias.

1. Una política energética más eficiente.

2. Una política monetaria y cambiaria más acorde con nuestra realidad.

3. Legislación conveniente y apropiada para dotar de incentivos a los sistemas tradicionales de financiamiento habitacional para que se destinen fondos baratos a la amplia clase media que actualmente no tiene posibilidades de adquirir una vivienda propia.

4. Mejor aprovechamiento de nuestros recursos mineros.

5. Estudiar firmemente la conversión de la deuda externa por inversiones en el país.

6. Planificar obras específicas que

puedan ser autopagadas por el peaje que generen y que pasen a ser propiedad del Estado en un tiempo determinado.

7. Priorización del mercado de cemento a fin de evitar alzas desmedidas en los precios.

8. Una mayor y mejor integración entre todos los sectores pensantes de nuestra población.

Nunca como ahora los sueños integracionistas del gran libertador de América, quizás subyugado por la austera grandeza del otro coloso que con su genio de guerrero y estadista soñaba, adelantándose dos siglos a su época, con los Estados Unidos de Europa, aquel libertador soñador y visionario también soñó con la integración de los países de América, ahora más que nunca es el momento de disciplina, unión y coraje y de lograr el sueño epopéyico del gran libertador.

Doctor Balaguer, mis últimas palabras van dirigidas a usted, como un sincero homenaje de la Cadocon y de la FIIC.

Aquí está la máxima expresión de los empresarios de América, de esta América nuestra, para reconocer su obra de gobierno y para entregarle un merecido galardón, primero que se entrega a un presidente americano.

Su obra está aquí abierta hacia las pampas de la historia, recibiendo elogios y críticas las mismas críticas malsanas que recibió la giralda de Sevilla, monumento donde participaron tres razas, la romana, la árabe y la española y que hoy asombra a todos los visitantes, como el punto más alto de la ciudad del Gran Murillo.

Las mismas críticas malsanas que recibiera el héroe de Austerlizt y los puentes que cruzan el Sena, monumentos que todavía actualmente son el orgullo de la Ciudad Luz, llamada por algunos como la Capital del Mundo, monumentos que han servido para eternizar la memoria del más grande guerrero y estadista de la Francia inmortal.

Pero usted, doctor Balaguer, puede estar tranquilo, puede estar tranquilo porque hay una gran parte del pueblo dominicano y americano que es sensato, que elogia y admira su obra, su obra que no ha sido apoyada en el brillo fulgurante de la espada de un Luperón o de un Duvergé, ha sido creada por un cerebro extraordinario, orgullo para los dominicanos, por un corazón vibrante de patriotismo, por una vida acrisolada y de trabajo, inmenso ejemplo para esta y para las generaciones venideras.

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