El doctor Miguel Canela

En 1932, se publicó en Francia en la Revista de Anatomía, un trabajo de uno de los más famosos profesores de anatomía humana, Henri Rouviere, reportando una estructura anatómica en la rodilla nunca antes encontrada, fruto del trabajo de investigació

En 1932, se publicó en Francia en la Revista de Anatomía, un trabajo de uno de los más famosos profesores de anatomía humana, Henri Rouviere, reportando una estructura anatómica en la rodilla nunca antes encontrada, fruto del trabajo de investigación de un alumno destacado, el dominicano Miguel Canela. Este insigne profesional nació en Santiago en 1894, y era un amante de la naturaleza y de nuestras montañas , por lo que se hace agrimensor en 1916. Y luego en 1921, decide estudiar Medicina.

Las razones de este cambio no están muy claras, pero la opinión de varios estudiosos, es que fue influida esta decisión por la amistad del doctor Canela con el doctor Pascasio Toribio, ilustre médico de Salcedo. Luego de finalizar sus estudios en 1924, se establece en San Francisco de Macorís, pero necesitaba realizar estudios más profundos, por lo que se traslada a París, Francia, en donde llega a ser asistente extranjero del profesor Rouviere. Obtuvo esa designación en 1931, como reconocimiento a su capacidad.

Con la humildad que mantuvo toda su vida, al descubrir el ligamento Peroneo-Astralago-Calcaneo, le puso el nombre de su profesor, pero éste de inmediato le agregó en justicia el nombre de nuestro compatriota. Enviado a Alemania, realiza importantes estudios en el sistema linfático que fueron de gran importancia para la oncología. En estos estudios en Berlín, el doctor Canela contribuyó con la investigación de una manera sobresaliente. A fuerza de sabiduría conquistó el respeto académico del mundo de estudios anatómicos en Europa.

Fue responsable en 1926 de la mensura y descripción topográfica de lo que es ahora el Parque J. Armando Bermúdez, junto a Juan Bautista Pérez Rancier. Esas habilidades adquiridas en su carrera de agrimensor, le capacitaron de manera especial para las descripciones topográficas.

Volvamos con el doctor Canela a París en 1936, y le encontramos colaborando en la tesis doctoral de M. Hakim, sobre la articulación de la cadera, en la que termina describiendo el haz superficial íleo-articular del ligamento sacro-iliaco posterior que es conocido como Haz de Hakim-Canela. Su nombre, reconocido con respeto en Francia, motivó que fuera nominado para el título de “hombre de ciencia de Francia”, que rechazó para no perder su nacionalidad dominicana.

Regresó a principios de la década del 1940, y es designado catedrático de Anatomía en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Santo Domingo, y tras la apertura en 1945 del Instituto de Anatomía fue su primer director. Su dedicación al estudio y enseñanza de la anatomía, eran de sus pasiones; la otra era la naturaleza, el estudio de la botánica y la descripción de nuestras zonas de importancia ecológica, tales como parques o humedales.
En 1948 representa a República Dominicana en el acta constitutiva de la Unión Internacional para la Conservacion de la Naturaleza.

Realizó importantes estudios de botánica, y fue director del Herbario Nacional en el 1952, hoy convertido en Jardín Botánico Dr. F. Moscoso Puello. Seguía como profesor universitario, como médico en ejercicio con gran ética y recorriendo las montañas de la cordillera Central o las lagunas del Este, o los valles del nordeste. En 1970, la Cámara de Diputados le otorga una pensión de RD$200.00, debido a “que esta gloria de la medicina dominicana se encuentra en mala situación económica”. Este científico de dimensiones universales, tristemente desconocido en nuestro país, falleció en 1977. En 1996 la reserva científica de la Loma de Guaconejo, en Nagua, recibió su nombre.

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