Doctor Octavio del Pozo

Un gran profesor, estudioso, médico extraordinario, fundador del Instituto de Anatomía de la Universidad de Santo Domingo.

Un gran profesor, estudioso, médico extraordinario, fundador del Instituto de Anatomía de la Universidad de Santo Domingo. Es uno de los casos tristes de nuestra historia, ya que en sus últimos años perdió la cordura, y se le veía sentado en un banco del parque Colón, hablando solo.

Nació en Santo Domingo en 1868, ingresó al Instituto Profesional en donde recibió su título de licenciado en Medicina y Cirugía en 1891 y se graduó de doctor en Medicina en París, Francia, en 1898 con una tesis sobre “La Artritis Gotosa”.  A su regreso al país se incorporó de inmediato a la práctica y pronto su capacidad y su estricto código de conducta moral le granjearon el respeto de pacientes y ciudadanos, por lo que fue nombrado presidente del Juro Médico en el 1900.

La inspección que llevó a cabo en 1901 fue exhaustiva y mostró la realidad de la situación de salud del país. Esto le motivó animadversiones y críticas, pero siguió adelante con sus ideas y posturas. En 1905 es nombrado catedrático de Clínica Médica del Instituto Profesional y dos meses después director del Hospital Militar. Solicita que se le autorice a dar clases simultáneamente con su trabajo como director, lo que contribuyó significativamente a la mejoría de las condiciones de la enseñanza de la Medicina.

En 1906 introduce en su Casa de Salud, como él la llamaba, el primer autoclave para uso quirúrgico en nuestro país. Esa clínica estaba situada en la calle Colón, hoy calle Las Damas, y el doctor Del Pozo se anunciaba en las revistas y periódicos de la época especificando que se hablaba inglés y francés en ese centro de salud. Las consultas se ofrecían en horas de la tarde. En esa clínica realizó las primeras mastectomías que se llevaron a cabo en nuestro país.

En 1910, Del Pozo inicia la construcción de una clínica en la calle del Comercio, hoy Isabel la Católica, entre las calles Arzobispo Portes y Padre Billini. La clínica fue diseñada por el arquitecto Antonín Nechodoma y era muy moderna, se preparó para tres plantas que no pudo terminar. Sus balcones amplios eran de vanguardia en esos tiempos, en una edificación dispuesta alrededor de una galería central con la idea de que el aire de mar llegara a todas las habitaciones.

Este proyecto le consumió y obsesionó, ya que dedicaba todos sus ingresos a esa edificación. Pese a esta situación, el doctor Del Pozo prosiguió su exitosa carrera profesional, y fue fundador de la Cátedra de Medicina Clínica en la Universidad de Santo Domingo, creó el Instituto de Anatomía, fue rector de la Universidad de Santo Domingo de 1924 a 1926. Como profesor consolidó la enseñanza de la Clínica Médica.

Era un profesional meticuloso y a él se deben muchas interesantes publicaciones en las revistas médicas de la epoca y en el periódico Listín Diario.

Sus escritos originales y atrevidos en su alcance eran motivo de discusión con muchos colegas que finalmente admitían la sabiduría y capacidad de este eminente profesor. 

En el ámbito político social, el doctor Del Pozo siempre fue un opositor firme de la intervención norteamericana de 1916-1924; colaboró posteriormente con la Junta Superior de Sanidad.

Sus últimos años fueron de tristeza y soledad, ya que su dinero y su mente fueron tragados por esa clínica que nunca terminó.

Falleció en el año 1948. En su panegírico, el doctor Gilberto Gómez dijo: “Amó la medicina por sobre todas las cosas y a ella consagró su vida”.

Sólo una calle de la ciudad de Santo Domingo recuerda la vida de este extraordinario médico y profesor de la República Dominicana.

Su carrera fue en constante ascenso

Nació en Santo Domingo en 1868. En el año 1891 recibió el título de licenciado en Medicina y Cirugía. En el 1898 se graduó de doctor en Medicina en París, Francia. En 1900 fue nombrado presidente del Juro Médico.

En 1905 es nombrado catedrático de Clínica Médica del Instituto Profesional y dos meses después director del Hospital Militar.

En 1906 introdujo el primer autoclave para uso quirúrgico en nuestro país. Fuerector de la Universidad de Santo Domingo de 1924 a 1926.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas