Drenaje en Tamayo, presidente Medina

No puede caer una gota de agua en Tamayo, que de inmediato no inunde todo el pueblo. Aquello es desastroso. Con los últimos aguaceros asociados al huracán Matthew, la situación era para desgaritarse de la comunidad. El nivel de las aguas entre…

No puede caer una gota de agua en Tamayo, que de inmediato no inunde todo el pueblo. Aquello es desastroso. Con los últimos aguaceros asociados al huracán Matthew, la situación era para desgaritarse de la comunidad. El nivel de las aguas entre viviendas y centros comerciales se equiparaba con las embestidas del río Yaque del Sur, a pesar de que sólo era el agua caída en el pueblo. Tamayo está desesperado. Sus munícipes más destacados han hecho hasta lo imposible por resolver este problema, que naturalmente está en manos del Gobierno. Personalmente he participado en encuentros con el ministro de Obras Públicas, ingeniero Gonzalo Castillo, quien fue designado por el presidente de la República, Danilo Medina, para que enfrente esta situación. Gonzalo conoce al dedillo esta desgracia y aunque ha mostrado en su momento gran interés, la cura no llega para este mal. Tengo constancia de varias gestiones encaminadas por mi hermano Osvaldo Santana, quien en múltiples ocasiones le ha puesto el tema al presidente Medina, que le ha manifestado que “eso se va a resolver”, pero no se ha ejecutado ese deseo. Recientemente el pueblo se lanzó a las calles, de manera pacífica, para llamar la atención de las autoridades y todo pasó desapercibido en el Palacio Nacional. Ahora se ha creado un comité que liderará este reclamo e incluye un equipo técnico formado por reconocidos profesionales de la ingeniería, que quieren aportar su propia solución a las inundaciones. Hablan hasta de iniciar ellos mismos los trabajos solicitando prestadas maquinarias al sector privado. Son muy buenas intenciones, pero ellos saben que la magnitud de los trabajos es cosa del Poder Ejecutivo, pues Tamayo necesita una solución definitiva a este trastorno.

Respiro

El empuje de esta demanda coincide con el final de la temporada ciclónica que concluye el 30 de noviembre. Es como si la naturaleza quisiera ayudar a los responsables de iniciar estos trabajos, dándoles un compás de espera para que aprovechen de aquí a mayo del 2017 para devolverle a este pueblo la posibilidad de vivir tranquilo con o sin lluvia. En manos de Medina está el cumplimiento de este reclamo. ¡Señor Presidente, acuda en auxilio de este pueblo!

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