Educación superior

A las evaluaciones internacionales que indican que estamos mal a nivel de educación básica y media, se están sumando las que dejan mal parada la calidad de nuestra educación superior. Quedamos en los últimos lugares en una clasificación regional reciente. La solución a un problema empieza por admitir racionalmente su posibilidad. No es lo que se ha hecho desde la Asociación de Rectores de Universidades al decir que tal medición “no toma en cuenta la realidad nacional”. Lo pertinente es recibirla como llamado de atención. Quizá la “revolución educativa” promovida para nivel básico y medio, debe extenderse a la educación superior. Poner la nación esfuerzo, voluntad, recursos y planificación para mejorarla. Es grande el reto del país también en este renglón.