El programa ocupacional del Nuevo Modelo Penitenciario provee más de 30 opciones educativas, artísticas y culturales para que los internos desarrollen su potencial y se mantengan ocupados mientras cumplen su condena.
De acuerdo con la Procuraduría, el 90 por ciento de los internos elige carreras técnicas y el propósito es brindar una segunda oportunidad a aquellas personas que por un delito fueron privadas de su libertad.
Durante un recorrido por las instalaciones de las cárceles la Isleta de Moca, Rafey Hombres y Rafey Mujeres de Santiago, los participantes pudieron palpar los resultados del arduo trabajo que realizan los propios internos para lograr cambiar su vida de manera positiva.
En la cárcel Rafey Hombres, algunos de los trabajos realizados por los internos captaron la atención de los visitantes debido a su belleza y la profesionalidad con que están elaborados.
Mesas de hierro, colchones, repisas en madera y cristal, cuadros y muebles son la prueba de la dedicación y entrega de los internos a las actividades productivas. Según el procurador Ra-dhamés Jiménez, esto ocurre en todos los centros del Nuevo Modelo Penitenciario.
Esos trabajos son vendidos al público y los ingresos obtenidos se utilizan para los gastos de la institución, y los propios internos también reciben un porcentaje de las ganancias, que son depositadas en una cuenta bancaria y en ocasiones son entregadas para el sustento de sus familias mientras se cumple condena. En algunos casos se genera un ahorro que sirve para su reinserción en la sociedad después de cumplida la pena.
Uno de los logros mas recientes exhibidos en el Centro La Isleta de Moca, es que todos los alumnos de educación básica, 35 en total, que participaron en las pruebas nacionales aprobaron de manera satisfactoria.
El aprendizaje cuenta
El programa de enseñanza ha permitido que los internos de estos recintos formen grupos de teatro, música, gimnasia, ajedrez, baile, pantomima y baloncesto, habilidades que les son ofrecidas en su tiempo de reclusión.
De los 649 internos en Rafey Hombres, y las 89 internas de Rafey Mujeres, aproximadamente el 90% se mantiene activo en los diferentes cursos, así como en las actividades deportivas, artísticas y culturales, donde la mayoría se ha integrado positivamente.
Muchos ocupan su tiempo en algo beneficioso, porque además su participación es tomada en cuenta por la Justicia al momento de solicitar la libertad condicional, a la que pueden aspirar al cumplir la mitad de su condena.
Los cursos son impartidos por los propios internos, quienes son evaluados cuando ingresan por primera vez, logrando cada centro una efectiva formación.
Vale destacar, además, que en los centros del nuevo modelo la alfabetización es obligatoria, los que ingresan en el centro sin saber leer ni escribir, aprenden. Según la procuraduría, en el penal La Isleta de Moca el 80 por ciento ingresa iletrado.
