“El constitucional cambiará la cultura política dominicana”

Cristina Aguiar es abogada de profesión, se considera una estudiosa en esta área. Además, asegura que se consagra a lo que hace con vehemencia e integridad. Ha sido docente de una extensión de la Universidad de París V, durante casi veinte años.

Cristina Aguiar es abogada de profesión, se considera una estudiosa en esta área. Además, asegura que se consagra a lo que hace con vehemencia e integridad. Ha sido docente de una extensión de la Universidad de París V, durante casi veinte años.

Aguiar ha publicado los libros «El Código Procesal Penal: los desafíos de la transculturación jurídica», y un manual sobre las negociaciones internacionales titulado «Guía práctica del negociador internacional», escrito en francés.

Uno de sus mayores aportes doctrinales son los dos documentos que produjo mientras estuvo al frente de la Misión de la República Dominicana ante las Naciones Unidas; el primero, la resolución A/54/134, que declara el día 25 de noviembre Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Háblenos de su formación profesional
Luego de cursar el bachillerato en la República Dominicana, y obtener una experiencia laboral como docente en el IES, ahora Unapec, me fui a París a estudiar Derecho. A partir de ahí no he parado de estudiar. Cuando ya era abogado litigante, entonces estudié Derecho Comparado, obtuve un diploma de especialización en Relaciones Internacionales y Diplomacia Superior con una especialización en Derecho Constitucional, estudié inglés,  italiano, además del francés que es mi segunda lengua, y ahora estudio el hebreo moderno.

¿Cómo resume su experiencia como abogada?
Mi experiencia con la toga es insustituible. El litigar en corte criminal frente al jurado popular, ya sea como actor civil o como defensa es siempre una experiencia de alta emoción.

De igual forma el comparecer por un buen número de refugiados cuando todavía no se había caído el muro de Berlín, y luego por los africanos que huían de las guerras civiles, son experiencias únicas y que marcan una carrera.

¿Cómo es la vida de un dominicano estudiando en el extranjero?
Al principio siempre es difícil, la adaptación a nuevos códigos sociales, a una mentalidad y una cultura diferente. Los estudiantes se caracterizan por tener presupuestos limitados y eso crea una especie de gran solidaridad entre todos. De vez en cuando la nostalgia era poderosa, pero uno se acostumbra con el paso de los días, va descubriendo la ciudad increíble donde tienes el privilegio de estar y comienzas a disfrutar tu expatriación.

¿Fue difícil su adaptación?
En los primeros meses, los días grises y cortos pesaban duramente sobre mi estado de ánimo, por eso en las primeras vacaciones que pude me fui a Italia, que me encantó, y luego ya estaba más integrada.

¿Por qué aspira a estar en el Tribunal Constitucional?
Siendo estudiante tuve el privilegio de tener como profesor un abogado muy célebre, que luego fue ministro de Justicia y presidente de la Corte Constitucional de Francia, se llama Robert Badinter, él fue quien hizo abolir la pena de muerte en Francia en 1981. En la actualidad es senador, va por su tercer periodo, es una personalidad de alcance universal. Tuve el privilegio de invitarlo al país cuando estábamos en pleno debate sobre la creación del Tribunal Constitucional, y quizás ese fue uno de los incentivos para aspirar, el que éste ex profesor te sugiera muy discretamente una vía posible para el futuro desarrollo profesional.

¿Quién la propone a este organismo y por qué?
Un abanico muy amplio de organizaciones sociales representativas de todos los sectores. Ha sido para mí una experiencia extraordinaria el recibir esta legitimación por parte de 200 organizaciones diferentes, no te las puedo nombrar todas porque son 200.

¿Cuál sería su rol en esa entidad?
La de cualquier otro juez constitucional, tener un espíritu de grupo y trabajar en equipo.

¿Cuál es la importancia de ese organismo para el país?
El Tribunal Constitucional es un órgano constitucional de extrema importancia porque es el garante de la supremacía constitucional, de la estabilidad política y será, sin duda alguna, un factor de cambio en la cultura política de nuestro país.

¿Considera usted que entraría en conflicto con la Suprema Corte de Justicia?
No debería, si los jueces constitucionales respetan el juicio de legalidad que es competencia del juez ordinario, cuya máxima expresión jerárquica es la Suprema Corte de Justicia.

¿Piensa que la mujer ha recibido buenas oportunidades en el campo judicial?
En mi opinión sí, hay una gran feminización de la justicia, aunque eso no se exprese con la debida fuerza en la cúspide del Poder Judicial. La constitucionalizacion del principio de igualdad debe llevar a un cambio en este estado de cosas.

¿Se imagina a una mujer presidiendo la Suprema Corte de Justicia?
Perfectamente. Sí, y hay excelentes candidatas para llenar esa función.

Muy personal

¿Una creencia?
Nada es producto del azar, todo está escrito
¿Un color?
Rojo
¿Un nombre?
Laura
¿Un anhelo?
Un nieto
País?
Indonesia
¿Una aroma?
Rosa de Turquía
¿Un Libro?

El Profeta de Halil Gibran

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