Un elemento importante

Con toda humildad y mansedumbre, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor…” (Efesios 4:2).Lo que el apóstol Pablo plantea en esta cita, con la cual quiero empezar la reflexión de esta semana, es llevar una…

Con toda humildad y mansedumbre, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor…” (Efesios 4:2).

Lo que el apóstol Pablo plantea en esta cita, con la cual quiero empezar la reflexión de esta semana, es llevar una de las cosas más necesarias para la convivencia de unos con otros, y es precisamente la necesidad de tolerancia. Pero no solamente exhorta a la Iglesia de Éfeso (y por ende a nosotros) a soportarse, sino también a hacerlo en amor.

En los últimos días he tenido que orientar a diferentes familias en crisis y, verdaderamente, el punto común de los conflictos entre sus miembros, especialmente entre cónyuges, ha sido la incapacidad de aceptarse cada uno tal cual es, y  de llegar a acuerdos respetando los diferentes puntos de vista.

Son muchas las razones, ya saliéndonos del entorno familiar, quehan ido volviendo intolerantes a las personas en sus relaciones interpersonales. Todo el mundo quiere y cree tener la razón, y casi nadie acepta estar equivocado y mucho menos ceder o dar paso a los demás.

Es cómodo y fácil amar y querer estar con aquellos que no nos contradicen, pero cuán difícil es poder hacerlo cuando se da todo lo contrario. Resulta que vivimos en un país, pertenecemos a una sociedad, venimos del seno de una familia que no escogimos nosotros pertenecer pero pertenecemos, ya que no es decisión nuestra quién va a ser mi papa, hermano o hijo, simplemente lo son y es nuestro único deber preservar cada día la mayor capacidad de tolerarnos, amarnos, apoyarnos y sobre todo aceptarnos dentro del conglomerado al cual “sencillamente pertenecemos”.

Suelo repetir a mis hijos: “Cuídense entre ustedes, ya que fuera nadie se duele más que ustedes mismos de lo que les pase”. A veces me digo: “¿Por qué complicarnos y dificultar tanto las cosas a los demás, si basta mirar alrededor y ver la simpleza de la vida misma y, sobre todo, cuán necesarios somos los unos a los otros?”. Tratemos pues de, ni amargar el dulce al otro, ni mucho menos que nos lo amarguen a nosotros. Es necesario que, como dice Pablo, nos toleremos en humildad y, sobre todo, en amor.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas