Empresaria arrolló atracador sigue detenida

Santiago.-Ingrid Vanesa Silverio Vargas, la empresaria acusada de arrollar a presunto atracador, tras éste despojarla de su cartera tendrá que esperar hasta hoy para poder salir de prisión. Aunque el pasado sábado, la jueza Thelma Reyes,…

Santiago.-Ingrid Vanesa Silverio Vargas, la empresaria acusada de arrollar a presunto atracador, tras éste despojarla de su cartera tendrá que esperar hasta hoy para poder salir de prisión.

Aunque el pasado sábado, la jueza Thelma Reyes, del tribunal de Atención Permanente de este distrito judicial dictó  garantía económica de 500 mil pesos, mediante una aseguradora, aún permanece en la celda del palacio de justicia.

En la calle dos, del sector del barrio Reparto Peralta del sector Bella Vista, donde vive Silverio Vargas, la comunidad espera con ansias a su vecina, quien debido al proceso del fin de semana no pudo salir en libertad.

 Los comunitarios se han puesto todos a una en defensa de la dama a quien definen como una mujer trabajadora y honesta. 

El comerciante Orlando Gutiérrez, dijo a El Caribe que nunca pensó que Ingrid Vanesa pudiera envalentonarse de esa manera, pues la conoce como tranquila, bondadosa con los ocho trabajadores que laboran en su pequeña fábrica de pantalones.

De acuerdo a las versiones, la empresaria persiguió en su vehículo la dama logró derribar de la motocicleta en la que se desplazaba el asaltante quien cayó en la vía e impacto con una yipeta.

Durante la audiencia se determinó que Ingrid Vanessa Silverio Vargas no cometió un homicidio voluntario en contra de Argenis de Jesús Ramírez Gutiérrez (Bujía).

Silverio Vargas, propietaria de una pequeña fábrica de hacer pantalones ubicada en el sector Bella Vista, había sido despojada de una cartera mientras transitaba por la avenida Hermanas Mirabal. Al ver como el atracador se llevaba el dinero se envalentonó y persiguió al asaltante por la avenida Las Carreras, dándole alcance varias cuadras después.

 Ramírez Gutiérrez,  falleció, mientras era atendido en el hospital José María Cabral y Báez. Varias mujeres que habían sido asaltadas ofrecieron sus testimonios en la policía.

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