Las consecuencias de la reunión entre Miguel Vargas e Hipólito Mejía aún están por verse, pero lo que por el momento es motivo de diversas conjeturas y especulaciones es el origen del encuentro.Durante la campaña electoral, y luego de las elecciones, fueron muchos los esfuerzos que se hicieron para que esas figuras se sentaran a conversar sobre el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y al menos intentaran llegar a un acuerdo, pero todos fueron fallidos. Hasta un experto en mediación, graduado de la materia en una prestigiosa universidad norteamericana, intervino en varias ocasiones, sin lograr resultados.
En ese escenario, surgen las especulaciones sobre los motivos que llevaron a Vargas y a Mejía a sentarse finalmente a dialogar, cuando las diferencias parecían irreconciliables. ¿Qué había de nuevo en el panorama político que impulsó a que ambos flexibilizaran sus posiciones?
Los resultados de la última encuesta Gallup reflejan cambios interesantes en la correlación de fuerzas a lo interno del PRD, pero también registran una caída de la popularidad de ese partido. Se cree que esos resultados pusieron a pensar, tanto al presidente de la organización como al excandidato presidencial,
Se trata de la encuesta con mayor tradición en el país, y una de las más certeras en los procesos electorales. Es posible que tanto Miguel como Hipólito hayan constatado la realidad actual de ese partido en sus propios sondeos.
En el caso específico de la Gallup, cuyos resultados son de dominio público, el hallazgo principal es que Luis Abinader, considerado el representante de una tercera fuerza en un partido con dos antagonistas que se disputan la principalía, se ha convertido, casi de repente, en el presidenciable perredeísta con mayor aceptación. Eso, cuando se le pregunta a la población en general, pero con ventaja mucho más amplia cuando solo se cuestiona a los que dicen ser simpatizantes o militantes del PRD.
Los números hablaron claro. Casi gritaron. Y los líderes perredeístas, al parecer, escucharon. Y actuaron en consecuencia. La división, ahora está más claro que nunca, ha estado erosionando el respaldo al partido blanco, pero al mismo tiempo afecta la imagen de los dos líderes en disputa, lo que favorece a la figura más fresca y menos contaminada con los conflictos. En este caso es Abinader, ya que ningún otro dirigente ha podido aprovechar la coyuntura, al menos hasta el momento.
¿Hubo incidencia o fue simple coincidencia?
El hecho de que Vargas se reuniera con Leonel Fernández y pocos días después con Mejía, hizo que muchos relacionaran un hecho con el otro. Fernández, según se especula, le habría aconsejado a su homólogo del PRD que bajara la guardia. Aunque él mismo dijo ese día que Vargas no necesitaba sus consejos. Lo cierto es que luego de reunirse con uno, no se justificaba negarse a reunirse con el otro.
