Como si se tratara de una fiesta, al mediodía de ayer se observó una gran cantidad de jóvenes tomando alcohol y desplazándose en multitud por las calles de Cristo Rey para despedir a un deportista que fue ultimado por la Policía Nacional.Steven Ortega Javier, de 22 años de edad, fue ultimado por una patrulla la noche del sábado mientras éste veía un juego televisivo de baloncesto en el sector La 40, en Cristo Rey. Según los familiares de la víctima, la noche que ocurrieron los hechos, el motor de su pariente estaba en la calle cuando la patrulla pasaba por el lugar. Debido a lo estrecho de la vía, el vehículo policial no pudo pasar, y es entonces cuando el raso Maikel Figueroa, abrió la puerta de la camioneta en la que se desplazaba y tumbó la motocicleta. En ese momento Ortega salió a reclamar al raso, pero éste le propinó un tiro a quemarropa que le provocó la muerte.
Durante el trayecto al cementerio de Cristo Rey, donde fue enterrado Ortega Javier, sus familiares pidieron justicia por el crimen y denunciaron que los dos integrantes que andaban en esa patrulla que mató a su pariente no pertenecían a los policías que vigilan esa zona. También dijeron que estos dos constantemente entraban al sector La 40 para “cobrar peaje” a los jóvenes.
De acuerdo con Robert Castillo Javier, quien era hermano de la víctima, cuando a Ortega le dispararon alguien fue a informarle y le dijo que fue la patrulla. “Entonces yo le caigo atrás a los policías que se dirigieron al destacamento de El Caliche, que era donde ellos estaban de puesto. Entonces cuando ellos entran al destacamento, yo me paro frente al cuartel y le digo a los policías que están de puesto ahí que detengan a los dos, porque ellos mataron a mi hermano, pero él (Maikel Rodríguez Figueroa) sacó su pistola y cogió su motor y emprendió la huida con su arma en la mano, entonces se quedó uno y el otro anda prófugo”, expresó Castillo Javier.
Mientras Castillo Javier relataba los hechos, una joven que estaba a su lado no contuvo el llanto. Entre los lamentos que alcanzaba a pronunciar se escuchaba: “mi marido me dejó y dejó a su niño que este viernes 3 cumpliría un año y no lo vamos a celebrar porque me mataron a mi esposo”. La joven, de 20 años, se identificó como Sindy Ramírez y era la mujer de la víctima, pidió justicia, pues asegura que Steven Ortega “no era un delincuente para morir así”.
