El presidente Danilo Medina terminó el año pasado escandalizándose con los graves daños forestales en la sierra de Neiba y en el lado sur de la cordillera Central, e inmediatamente “sorprendió” a los lugareños de esas estribaciones con una de sus visitas.
Fue la previa para el lanzamiento de un programa de reforestación y el rescate del sistema montañoso central y algunas sierras en las cuales se encuentran las cuencas principales de los ríos más importantes. Eran los adelantos de lo que definía como el Año del Desarrollo Agroforestal, una apuesta del Gobierno por recuperar las cuencas hídricas de la República Dominicana, pero especialmente vinculando a los residentes en las zonas montañosas a dicho programa, con varios componentes productivos. El decreto 395-16 fue el instrumento para impulsar esos proyectos dirigidos a proteger las cuencas hidrográficas y devolver la capacidad productiva a quienes viven en las zonas cercanas a las mismas.
Mientras Medina hacía sus recorridos en el sur, el Ministerio de Medio Ambiente anunciaba la resolución número 14-2016, mediante la cual dio plazo hasta ayer para que los productores establecidos en Valle Nuevo suspendieran sus cultivos, en esa área protegida, que es parte de la formación montañosa más importante de la cordillera Central donde se originan las aguas de ríos claves que impactan la vida de más del 80% de la población.
Muchos pensaban que estábamos ante una resolución más de las tantas incumplidas. Pero obedecía a un plan global de preservación de los recursos hídricos, ya en peligro por la deforestación y explotaciones descontroladas.
Ahora, en el programa D’Agenda, el ministro Francisco Domínguez Brito anuncia que al entrar febrero pondrá plazo para abrir un proceso de desalojo en la sierra de Bahoruco y en Los Haitises, una reserva clave de agua para toda la llanura del Este y parte de la provincia de Santo Domingo.
El plan de salvación de las aguas requiere comprensión y respaldo de todos, incluso de ciertos activistas que en el pasado estuvieron a un tris de coger la loma por la “defensa del medioambiente” y extrañamente, ahora se oponen al desalojo de Valle Nuevo.
Esto va en serio.
