El Estado es el garante de la sociedad y como tal debe amparar a toda la comunidad, especialmente a la más vulnerable, la compuesta por la capa social más indefensa.Combinar el papel de garante con el de solidario, es todavía más importante, porque le imprime un ingrediente de protección a la visión del Estado.
Por eso cuando el Gobierno como administrador del Estado asume programas sociales dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los más necesitados, está haciendo uso de su papel protector. En esa dirección se inscribe la acción gubernamental de dotar de seguro de vida a 125 mil personas, cabezas de hogar, pertenecientes a las participantes en el programa estatal Progresando con Solidaridad (Prosoli).
Es un mecanismo de protección, que consiste en una póliza de seguro solidario, establecido por recomendación de organismos internacionales, que asegura a los cabezas de familia incluidos en el programa Prosoli.
El propósito de la cobertura es evitar que un eventual fallecimiento del beneficiado provoque la pérdida que hace el Estado vía el programa Progresando con Solidaridad, y la familia retroceda a los niveles de pobreza extrema de donde la iniciativa estatal la sacó. Es una forma del Gobierno gestionar que por el fallecimiento del cabeza de familia, los restantes miembros de su núcleo familiar empeoren su calidad de vida.
El seguro ofrece la posibilidad de que los deudos puedan honrar posibles deudas contraídas por su familiar durante el giro de la actividad que el programa le facilitó, y además, que los restantes miembros del núcleo familiar puedan iniciar algún pequeño negocio, pues la póliza tiene una cobertura de RD$100,000 por asegurado.
La iniciativa es, en esencia, una medida previsora, un acompañamiento para que las familias que fruto del programa social estatal hayan podido ser rescatadas de la pobreza extrema, no caigan de nuevo en la indigencia.
Es una visión nueva de protección estatal, y singularmente creativa. Felicitamos a sus auspiciadores.
