La estrella de Oriente

Es pequeña. Dispone de una capacidad de generación de electricidad de 199 megavatios. Su crecimiento es considerable. En 1992, cuando inició el servicio de provisión de electricidad, su capacidad era de solo 3.8 megavatios. Hace 23…

Es pequeña. Dispone de una capacidad de generación de electricidad de 199 megavatios. Su crecimiento es considerable.

En 1992, cuando inició el servicio de provisión de electricidad, su capacidad era de solo 3.8 megavatios. Hace 23 años dos hoteles conformaban su cartera de clientes. 

Nadie vivía en la zona y por tanto, no tenía clientes residenciales o comerciales. En 1999 tenía 1,310 clientes residenciales y comerciales y 25 hoteles.  Hoy día cuenta con 21,195 clientes residenciales y comerciales más 64 hoteles. 

Este pequeño gigante provee energía al 65% de todos los turistas que anualmente visitan el país.

Una docena de trabajadores operaban el servicio cuando la empresa inició sus actividades en 1992; hoy, más de 250 personas laboran en la empresa y 270 trabajan de manera indirecta a través de las empresas contratistas que le proveen servicios.

Desde que se inició hasta el final del 2015, la empresa ha invertido US$283 millones en generación, transmisión, distribución y energías térmicas para proveer servicio en la geografía concesionada.

Es la pionera en el país en la introducción de sistemas de medición prepago. Recientemente invirtió US$6 millones para relanzar  dicho sistema bajo un modelo de Red Inteligente (Smart Grid),  permitiéndole instalar contadores que ofrecen a sus clientes la opción de elegir entre el prepago y el post-pago, de acuerdo a sus necesidades.

Fue la primera también en introducir la telemedición. Gracias a la Red Inteligente la empresa puede realizar lecturas vía control remoto, cortes y reconexiones.

La tecnología instalada incluye un sistema avanzado de alarmas en caso de que los contadores sean intervenidos para cometer fraudes, en cuyo caso, a través de celulares, tabletas y/o laptops el personal de la empresa corta el servicio sin necesidad de su traslado físico para hacer el corte y/o la reconexión. El sistema permite mostrar en tiempo real el balance en línea de las pérdidas en cada circuito.

Los clientes, a través del portal de la empresa, pueden ver su consumo en tiempo real; cada 15 minutos la información es actualizada.  Los hoteles, por ejemplo, disponen de información desagregada en tiempo real sobre el consumo de cada una de sus instalaciones (habitaciones, restaurantes, cocinas, lavandería y prensa, etc.), lo que les permite mejorar la eficiencia en el consumo.

La empresa invierte continuamente recursos para garantizar la seguridad y protección de la infraestructura eléctrica, incluyendo el uso de repelentes electroestáticos, búhos plásticos para repeler animales, medidores de alta frecuencia, protectores de fusiles electrónicos trifásicos, protector para cables aéreos y aislantes 34kV  y protector contra animales (CEB). Para proteger sus líneas de transmisión ha instalado el sistema HENDRIX de líneas compactas con cable aislado y espaciadores.

Consciente de que una causa de fallo en los sistemas de distribución eléctrica es el exceso de temperatura, realiza continuamente estudios termográficos aéreos que permiten a sus técnicos de mantenimiento de las líneas, examinar cada uno de los elementos que componen el sistema de distribución eléctrica y determinar así patrones de calentamiento, con lo cual pueden detectar y resolver un eventual problema antes de que provoque un fallo en la línea.

No es por casualidad que esta empresa exhibe Indices  de Frecuencia Promedio de Interrupción del servicio por cliente (SAIFI, en veces por mes)  y de Duración Promedio de Interrupción por cliente (SAIDI, en horas por mes) de 0.92 y 0.26, respectivamente. 

El SAIFI de esta empresa (0.92) en el 2015 fue mejor que el de los sistemas de electricidad de Suecia (1.02), Italia (2.2),  Grecia (2.40), Finlandia (2.5), Noruega (2.0), Portugal (3.09) y Polonia (3.32); y casi similar al de Francia (0.90).

Su SAIDI (0.26) fue mejor que el de Holanda (0.38), Alemania (0.55),  Bélgica (0.58), Austria (0.66), Inglaterra (1.02), Francia (1.39), Italia (1.76), Finlandia (2.30), Suecia (2.57), Noruega (2.40) y Portugal (4.31).  Sólo Luxemburgo (0.17), Suiza (0.25) y Dinamarca (0.26) exhibieron SAIDIs mejores o similares a los de esta empresa.

La diferencia con los de las EDES dominicanas es abismal. Los SAIFIs de Edenorte, Edesur y Edeeste en el 2015 fueron de  26.02, 35.10 y 42.11, respectivamente, versus 0.92 de la empresa analizada. Los SAIDIs de Edenorte, Edesur y Edeeste fueron de 89.10, 118.89 y 133.64, respectivamente, versus  el 0.26 de la empresa.

En otras palabras, la confiabilidad del servicio de esta empresa es 37 veces mejor en el caso del SAIFI  y 438 veces mejor en el caso del SAIDI promedio de nuestras EDES. Mientras apenas el 54% de los circuitos de las EDES son de 24 horas, en el caso de esta empresa todos lo son.

En el 2015, la empresa exhibió pérdidas técnicas y  no técnicas en transmisión, distribución y comercialización de apenas 5.19%.  ¿Bajas o altas?  En Estados Unidos, Europa y Canadá, en el 2014, las pérdidas alcanzaron un 6.2%, 7.7% y 9.7%, respectivamente. Ese mismo año,  el sistema eléctrico con menores pérdidas de la región, el chileno, registró un 5.3%. Como se observa, esta empresa verticalmente integrada exhibió las pérdidas más bajas de América.

Excluyendo los ingresos que cobra la empresa por concepto de depósitos de garantía cuando se contrata el servicio, la empresa mostró un índice de cobrabilidad de 99% en el 2015; si se incluyen los depósitos, la cobrabilidad del 2015 subiría a 101.4%.

La empresa ha expandido el abanico de servicios que ofrece. A través de su división térmica, ha desarrollado el primer sistema District Energy del Caribe para proveer agua helada –mediante máquinas de absorción- y agua caliente sanitaria (ACS) a los hoteles ubicados en sus inmediaciones. Más de 5,500 habitaciones hoteleras están recibiendo este servicio.

Sobre la línea de transmisión que va desde San Pedro de Macorís hasta Bávaro,  su división de telecomunicaciones invirtió en la colocación de un cable de guarda tipo “Optical Ground Wire” y en adicionar fibra óptica para proveer transporte de capacidad para su uso y terceros.  A través de la empresa Activa, el grupo ofrece servicios de televisión por cable, internet y telefonía, ajustados a las geografías autorizadas.

Provee el servicio al 50% de hoteles de la zona y a más de 7,000 usuarios residenciales y comerciales. Es la única oferta de servicio de TV digital disponible para los hoteles de la zona, ofertando anchos de banda de alta capacidad. Es también la única oferta de modalidad prepago de internet y TV. Ofrece el servicio de telefonía sin costo para llamadas dentro de la red.

Desde el año 2000, la empresa ha provisto de electricidad gratuita a las escuelas públicas y otras instalaciones de servicios públicos, equivalente a un aporte de RD$130 millones.

Dona los servicios de internet a los centros educativos y a las plazas comerciales turísticas. La empresa ejecuta una intensa campaña de educación medioambiental a través de diferentes proyectos (Mi Escuela Verde, Mi Huella Verde). Su compromiso con la protección del medio ambiente explica el porqué ha invertido en parques eólicos (8.25 MW en el Quilvio Cabrera, en Pedernales) y en un parque foto voltaico de 7 MW de energía solar.

Sin embargo, tiene un problema.  Es una empresa privada y como tal, persigue y obtiene beneficios. En algunas geografías subdesarrolladas, el ganar dinero a veces se percibe como algo pecaminoso.  Hace unos días tuve la oportunidad de caminar por las calles de uno de los barrios pobres de Bávaro y conversar con la gente sobre el servicio de electricidad que ofrece esta empresa. 

La afirmación más precisa y contundente que escuché fue la de un microempresario que tiene un colmadito, una barbería para caballeros e invierte para rentar habitaciones en el segundo piso de su propiedad.  “La electricidad es cara, pero es buena”.  “Por eso”, siguió explicando, “utilizo el prepago, con lo cual controlo mi gasto.  Sólo prendo lo necesario”.

Eso nos lleva al tema de la tarifa.  Se afirma que esta empresa cobra una tarifa elevada.  Para  comparar tomemos la tarifa que pagan los dos países, el  atendido por la EDES y el  servido por esta empresa. 

En el 2014, las EDES facturaron a las familias y a las empresas una tarifa promedio de 18.51 centavos de dólar por kWh. A este cargo debemos añadir lo que las EDES (y la CDEEE) facturaron ese año al Gobierno para financiar sus déficit: US$1,319.3 millones. Dividiendo por los 8,442.8 GWh  facturados, se tiene un cargo adicional de 15.62 centavos de dólar por kWh. Dado que las EDES pagaron US$65.5 millones a los ayuntamientos por el cargo de 3% sobre las ventas brutas, habría que rebajar 0.77 centavos. En el 2014, como se observa, el país pagó a las EDES una tarifa por kWh de  33.36 centavos de dólar.

¿Cuánto pagó el país a la empresa privada?  Tomando la tarifa promedio de 25.25 centavos por dólar por kWh que  esta facturó y restando 1.98 centavos que la empresa pagó por concepto  del impuesto sobre la renta y del 3% de las ventas brutas a los ayuntamientos, se tiene que la tarifa promedio facturada por esta empresa al país fue de 23.27 centavos por dólar el kWh. 

En consecuencia, esta empresa facturó “al país” el kWh en el 2014 a un precio 10 centavos de dólar por kWh más bajo que el facturado por las EDES y ofertó un servicio extraordinariamente mejor.

La empresa a la que me refiero es CEPM, el Consorcio Energético Punta Cana-Macao.  l

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