La causa más común del hematoma subdural son los traumatismos del cráneo. En nuestro país, que está entre los que tienen más accidentes de vehículos de motor, los traumas del cráneo, y por consecuencia, la tasa de hematoma subdural debe ser alta. En ocasiones, las caídas y los traumas leves suelen pasar inadvertidos, sobre todo en la edad avanzada, dando la impresión de que son espontáneos, sin causa aparente. En las personas envejecientes, debido a la atrofia cerebral, las venas del espacio subdural están estiradas, por lo que son más susceptibles de ruptura con los cambios de velocidad de la cabeza.
Los factores que incrementan la incidencia de hematomas subdurales, además de las edades extremas, muy jóvenes o muy mayores, son el uso de los anti agregantes plaquetarios, como la aspirina, así como el uso de anticoagulantes, el consumo prolongado de alcohol y las personas con diátesis hemorrágica (con tendencia a sangrar).
Síntomas: Pueden presentarse dolor de cabeza, trastornos del equilibrio, pérdida de fuerza de algunas de las extremidades, trastornos del habla (disartria), disturbios de la visión, letargo o confusión, náuseas y vómitos, convulsiones y entumecimiento de los miembros.
El hematoma subdural puede ser agudo, y si la evolución pasa de varias semanas se cataloga como crónico, y se produce cuando la sangre se acumula muy lentamente, se encapsula y se convierte en un tejido granulomatoso y fibroso. Si se descuida la atención a esta patología, que hay que sospechar en todos los casos de trauma del cráneo, puede ser fatal o dejar secuelas permanentes.