Excelente opción: aumentar la producción de cacao y café

La experiencia nos enseña, que en nuestro país la condición más efectiva para que un bosque siga siendo bosque por 70 u 80 años, es sembrando debajo del mismo, una plantación de cacao o de cafetos. Mientras existan esos sembradíos productores&#8230

La experiencia nos enseña, que en nuestro país la condición más efectiva para que un bosque siga siendo bosque por 70 u 80 años, es sembrando debajo del mismo, una plantación de cacao o de cafetos. Mientras existan esos sembradíos productores de medios de vida, difícilmente se les ocurriría a los propietarios destruir la arboleda. Pero cuando un bosque no incluye, ni cafetos ni cacao, corre el riesgo de ser eliminado, mediante la operación de “tumba y quema”, y dedicar los terrenos canibalizados a conucos, los cuales serán abandonados a muy corto plazo al quemarse el humus y debido a ello convertirse en improductivos. Además, durante los tres primeros años del fomento de una plantación de esa índole, habrá mano de obra abundante en el campo.

Exportando los frutos de lo así sembrado, se producirán divisas estables, tan necesarias para el desarrollo sostenible de nuestro país.

La existencia del bosque y su consecuente ambiente húmedo, garantizaría agua para nuestros ríos en las montañas; las que al llegar a los fértiles valles, irrigarían los arrozales y otros cultivos aguas abajo. Sería un proyecto trabajoso, pero algunos países muy similares al nuestro, tanto en suelos como en clima, han llevado a cabo experimentos muy exitosos: Honduras, en los últimos años, ha triplicado su producción de café. Creemos que podríamos, si nos acercamos a ellos, obtener indicativos como lo lograron y aplicarlo a nuestra caficultura.

Costa de Marfil, en el África Occidental, bajo el gobierno del doctor Félix Houpoüet-Boigny (1960-1993), logró aumentar su producción de cacao de manera extraordinaria: para 1960 producían cerca de dos millones de quintales anualmente.  Para 1970, su producción se incrementó a seis millones de quintales por año.  Para 1990, la producción alcanzó alrededor de 20 millones de quintales y en la actualidad, llega a más de 23 millones de quintales anuales, lo cual equivale al 35% de la producción mundial de cacao.

Para el establecimiento de planes como los anteriormente descritos, es necesario y fundamental la participación del Gobierno mediante el tipo de ayudas que describimos a continuación:

  1. Hacer una amplia campaña de promoción al efecto.
  2. Conceder a los bancos comerciales y de fomento, un “Encaje Legal” muy bajo cuando presten dinero para estos fines, lo cual bajaría los intereses.
  3. Que los viveros del Ministerio de Agricultura tengan en existencia plántulas en abundancia y de excelente calidad.
  4. Que hayan extensionistas competentes orientando a los inversionistas.
  5. Que se lleven a cabo estudios de suelos para determinar los terrenos más aptos.
  6. Que se estudie la posibilidad de utilizar para “sombra”, en los nuevos cultivos, árboles melíferos o de caucho, que permitan al productor disfrutar dos cosechas distintas en los mismos terrenos y el mismo año.

Hemos tenido excelentes ministros de Agricultura, como se está desempeñando el actual. Asimismo, excelentes agrónomos y personas de amplias relaciones internacionales en asuntos de cacao y café, como el doctor José Antonio Martínez Rojas, siempre dispuesto a servirle a nuestro país. Sólo falta ahora agregar la voluntad política para que arranquemos. ¡Ánimo y manos a la obra!

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