El pasado miércoles asistimos al acto de inauguración de la muestra “Expresiones divergentes” y, ciertamente, quien haya tenido la tarea de escoger el título de la muestra, lo hizo de forma muy acertada, pues más opuestas, disidentes, cismáticas, discordantes y todo lo que se quiera no pueden ser las obras presentadas.
El conjunto está integrado por piezas de varios artistas, diez en total, entre los cuales están: Alberto Bass, Barón Arias, Clinton López, Freddy Javier, Héctor Hernández, Rafael D´lemos, Rafael Peralta, Roque Gómez, Rosa Tavárez y Segundo Reynoso.
A pesar de que son artistas que corresponden a una misma generación, sus propuestas no responden a una misma etapa creativa. Todo lo contrario, cada uno presenta un modo de hacer completamente distinto. Tanto es así que las obras no conservan una relación ni en sentido temático ni cronológico. No obstante, existe una fuerza que establece el equilibrio en todo esto y es la armonía cromática que se ha logrado establecer en el espacio expositivo, fundada, esencialmente, en la ubicación de las piezas, pues las mismas han sido muy bien dispuestas.
Pero hay que tener cuidado, pues hay artistas que sencillamente no se deben mezclar, porque sus obras nada tienen que ver una con la otra. Por ejemplo, las piezas de Alberto Bass con las de Rafael Peralta. A menos, y esto hay que tenerlo muy presente, que en la investigación curatorial quede bien fundamentado.
El valor de las piezas no se discute, pues en cada una es apreciable un gran dominio, no sólo en lo relativo a los fundamentos de la forma, sino también al estilo, en unos más que en otros proporcionalmente. Por citar dos casos: en Rafael D´lemos nos sorprenden las delgadas capas de material sobre el lienzo y, en función de esto la profundidad que se registra, a pesar de la planimetría que reina en la composición. Mientras que en las obras de Freddy Javier asistimos a un cóctel que nos brinda un panorama colorido en lo que respecta a la sociología criolla. No dejen de asistir!
