Falsa identidad

Parecería increíble que ya después de pasar la primera década del siglo XXI, el Tribunal Constitucional de la República Dominicana, utilice subterfugios de carácter legalista para acomodar una definición suya para negar el derecho a ius soli,&#8230

Parecería increíble que ya después de pasar la primera década del siglo XXI, el Tribunal Constitucional de la República Dominicana, utilice subterfugios de carácter legalista para acomodar una definición suya para negar el derecho a ius soli, el registro y la entrega de documento de identidad a alguien que aquí nacido corresponde la nacionalidad dominicana, por tradición constitucional, incluyendo la Constitución vigente, solo por incorporar una absurda interpretación al concepto del estatus migratorio de los padres, definiéndolos como en tránsito.

¿De dónde se saca que el estatus migratorio de los padres es el de tránsito?  Estar en tránsito es una condición legal que solo puede darse como efecto de la emisión de una visa de paso por el territorio nacional. Sin embargo, los nacionales haitianos, aunque muchos se trasladen motu propio a este territorio, la gran mayoría son reclutados por buscones en Haití para servir a la agricultura, la construcción y al sector de servicios aquí, tanto en el sector privado como en el oficial. Aquí se les paga transporte, salarios, se les atiende en los centros de servicios públicos, y a sus hijos se les da educación y cuidado sanitario. La condición de esos migrantes no está enmarcada dentro de la ley migratoria. Son simplemente indocumentados, pero no en tránsito.

Más aun, los derechos que se habilitan al nacer, entre los cuales se encuentra el derecho a la identidad y a la nacionalidad están consagrados en muchos estamentos jurídicos multilaterales que defienden los derechos humanos. Que se niegue el ejercicio de tal derecho porque la Constitución haitiana lo entrega por el ius sanguini, es solo decisión discriminatoria, pues lo que tienen los dominicanos provenientes de sangre haitiana diferente a los demás ciudadanos nuestros es el perfecto derecho a la doble nacionalidad, sólo les falta decidir la vía, la haitiana por el ius sanguini, la dominicana por el ius soli.

Cita Julia Ramírez (elCaribe, 26/09/2013, p 5) una decisión judicial de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos: “en un sistema de ius soli, solo hace falta… que un niño haya nacido en territorio del Estado y… la condición migratoria de sus padres no puede ser una condición para el otorgamiento de la nacionalidad”.

Embarcarse como desde hace más de 150 años vienen haciéndolo las autoridades dominicanas para ignorar la existencia de miles de dominicanos, usando efectivos mecanismos para manipular la percepción de nuestras raíces, es crimen de lesa nación. Nuestra nación tiene mucho más sangre africana que de cualquiera otra parte. Los hijos de indocumentados haitianos son dominicanos.

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