Ya solamente faltan 20 días para las elecciones. El próximo día 20 se acudirá a las urnas para escoger el presidente y vicepresidente de la República, si es que no es necesario ir a una segunda vuelta, así como los diputados de ultramar. Ya sí que se está acercando el día. Sólo habrá que esperar a ver la decisión del gran soberano, que es el pueblo…
Bravuconadas
Con su proverbial sabiduría, la gente dice que cuando a un general lo ponen en retiro se pasa cierto tiempo deprimido, delirando con seguir con el uniforme, y que para readaptarse a la vida como civil algunos se ven precisados a quemar ciertas etapas. Además, se afirma que la mayor aspiración de la mayoría de los oficiales generales retirados es volver a las filas castrenses, porque de civil no se sienten cómodos. Es el síndrome que parece aquejar a Pedro de Jesús Candelier, quien ya de civil ha querido ser político, para lo que luce que no tiene madera, siendo candidato presidencial por un partido tan chiquito, chiquitito, chiquitito, que perdió el reconocimiento en su primera aparición en elecciones. Convencido de que es tan paupérrimo y miserable su nivel de simpatía en la gente, Candelier fue a guarecerse al PRD, “buscando valla” como dice el pueblo.
Ahora, dizque coordina la campaña del presidente Hipólito Mejía en la provincia Sánchez Ramírez, donde está haciendo gala de unas bravuconadas que no son de, ni para, este tiempo. La época en que figuras como Pedro, célebres dizque por lo duro que han sido, amenazaban y metían miedo, ya pasaron. Candelier que se adapte a estos tiempos o salga de juego. Nadie le va a hacer caso a sus bravuconadas ni es cierto que él vaya a reventar a nadie. Aquí se impone ya el civilismo, la decencia y la prudencia. Y muy mal servicio le brindan a sus aupados los que como el exjefe policial se dedican a bravuconear y amenazar, sean del bando que sean. Todo esto, dando como cierto que Candelier haya dicho lo que dicen que dijo, o que lo haya dicho estando fuera de sí. Así como suena…
