Familia espera justicia en caos niño afectado por descarga eléctrica

Santiago.-Los familiares de un niño de once años de edad, que perdió un brazo, afectó su cabeza y de su cuerpo por una descarga eléctrica, esperan una sentencia definida en la demanda presentada contra la comercializadora Edenorte. …

Santiago.-Los familiares de un niño de once años de edad, que perdió un brazo, afectó su cabeza y de su cuerpo por una descarga eléctrica, esperan una sentencia definida en la demanda presentada contra la comercializadora Edenorte. 

Aunque el hecho ocurrió hace cuatro años cuando José Alexander Rodríguez tenía apenas siete, apenas el caso está en la primera fase, sin que se emita una decisión definitiva.   

Johanny Rodríguez, madre del menor, que ejecutivos de la empresa se presentaron a su casa, en un segundo nivel de una pensión, ubicado en la calle 5 del sector Ensanche Libertad para  ofrecerle su ayuda en momento que se presentó la tragedia, pero desde entonces se desentendieron.

Los efectos causados por la descarga han impedido que José Alexander retorne a la escuela, la que dejó cuando apenas cursaba el primer grado de primaria. 

Pese a que ya le fue practicada una operación, el menor debe regresar en octubre de este año a la ciudad de Boston, Estados Unidos para que le coloquen una prótesis y el injerto de cabello, pero le falta el dinero para los vuelos aéreos y poder costear cosas.

“Lo que estoy pidiendo es que se haga justicia, que se cumpla con lo prometido para que mi hijo vuelva a tener una vida más o menos normal, que regrese a la escuela”, expresa Johanna Rodríguez, en medio del llanto.

Para poder captar dinero, el menor muchas veces recurre a la venta de lazos, o especies de pulseras.

José Alexander  perdió el brazo izquierdo mientras volaba una chichigua y un cable del tendido eléctrico presuntamente se desprendió causándole quemaduras que lo dejaron por varios meses en estado crítico.

Las lesiones causaron dificultades hasta para comunicarse con las personas.

El año pasado, a dos menores tuvieron que amputarle varios órganos, incluido brazos y piernas en circunstancias similares a las ocurridas a José Alexander. Otros dos murieron en comunidades de Santiago, impactado por descargas mientras violaban chichigua.

En varias ocasiones, la directora del hospital infantil Arturo Grullón, Rosa María Morel ha mostrado su preocupación, por el trauma que representa este tipo de situaciones para una familia y para el afectado, al ver cómo les cortan brazos o piernas, debido a las quemaduras.

 

 

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