TRIPOLI— La esposa de Moamar Gadafi y tres de sus hijos huyeron de Libia a Argelia el lunes, una evidencia firme de que el líder ha perdido el control del país.
El paradero de Gadafi aún es desconocido y los rebeldes están preocupados de que haya más violencia en el caso de que continúe en Libia. En Washington, el gobierno de Barack Obama dijo que no tiene información de que Gadafi haya abandonado el país.
Los rebeldes también dijeron que uno de los hijos de Gadafi, el comandante de la élite militar Jamis, fue probablemente muerto en batalla.
La cancillería argelina dijo en un comunicado que la esposa de Gadafi, Safia, su hija Aisha, y sus dos hijos Hannibal y Mohammed cruzaron la frontera por tierra y entraron al país vecino el lunes.
Asimismo, el secretario general y el Consejo de Seguridad de la ONU, además del líder del rebelde Consejo Nacional de Transición de Libia, fueron informados del acontecimiento, agregó el gobierno.
Ahmed Yibril, un asesor del jefe del Consejo Nacional de Transición Mustafá Abdul-Jalil, dijo que los funcionario exigirían «que las autoridades argelinas los entreguen a Libia a fin de que sean enjuiciados por tribunales libios».
Los hijos de Gadafi tenían funciones importantes en la vida militar y económica de Libia. Hannibal dirigía una compañía de transporte marítimo y Mohammed el comité olímpico nacional. Aisha, abogada, ayudó en la defensa del dictador iraquí Saddam Hussein en el juicio que dio como resultado su ejecución.
Ahmed Bani, un vocero militar del consejo, dijo que no le sorprendió que Argelia recibiera a los familiares de Gadafi. Durante la rebelión de seis meses en Libia, los rebeldes acusaron a Argelia de enviar mercenarios al líder libio para combatir la revuelta.
La agencia de noticias egipcia MENA, que citó a combatientes rebeldes no identificados, había reportado durante el fin de semana que seis Mercedes Benz blindados, que posiblemente traían a los hijos de Gadafi y otros altos miembros del régimen, habían cruzado la frontera con Argelia desde Ghadamis, un pueblo en el suroeste libio. La cancillería argelina había negado el reporte.
Bani dijo el lunes que las fuerzas rebeldes quizá mataron a Jamis Gadafi en un enfrentamiento el sábado. Los rebeldes chocaron con un convoy militar cerca del pueblo de Tarhouna, a unos 80 kilómetros (50 millas) al sureste de Trípoli, y destruyeron dos vehículos del convoy. Los cuerpos en los vehículos estaban incinerados y no podían reconocerse, pero soldados capturados dijeron que eran los guardaespaldas de Jamis Gadafi.
«Estamos seguros de que murió», le dijo a la AP Buyela Isawi, coronel rebelde al cargo en Tarhouna. Sin embargo, después tuvo algunas dudas, al decir que era posible que el hijo de Gadafi haya salido con vida del vehículo y fuera llevado a Bani Walid, una zona en el interior aún en disputa.
El coronel Abdulá Husein, un ex piloto de la fuerza aérea libia que forma parte del comando rebelde en Tarhouna, dijo que «escuchamos desde Bani Walid que él (Jamis) murió ahí en un hospital».
Al ser cuestionado por la forma en que obtuvo esa información, ya que Bani Walid sigue controlada por el régimen, dijo: «Tenemos algunas personas ahí».