Familias viven en casas amarradas con alambres

Santiago. Viejos alambres de púas sirven de sostén a la casa de Miguelina Peña Rodríguez, quien junto a su familia vive en constante riesgo y ante el temor a que colapse con sus ocupantes dentro.

Santiago. Viejos alambres de púas sirven de sostén a la casa de Miguelina Peña Rodríguez, quien junto a su familia vive en constante riesgo y ante el temor a que colapse con sus ocupantes dentro.La vivienda está sostenida tan solo por alambres amarrados a una pared que impide que se termine de desplomar. Peña Rodríguez lleva quince años residiendo en esta vivienda que a través del tiempo se ha ido deteriorando y reparándola con pequeños pedazos de madera que encuentra en la calle y algunos alambres del tendido eléctrico para sostenerla, pero vive con el constante temor de perder la vida, si colapsa la estructura por los vientos y las lluvias.

La situación no es exclusiva de Miguelina en el sector Los Salados Viejos al Norte de Santiago, pues sus vecinos se encuentran en una situación similar y sin contar con la mano amiga de las autoridades locales. Junto a Miguelina viven dos de cuatro hijos, quienes temen quedar aplastados por las tablas.

A pesar de las precariedades, alberga la esperanza en que una mano amiga le ayude a construir su vivienda, debido a que no posee los recursos para hacerlo. Sin empleo, esta mujer vive de lo poco que puede darle uno de sus hijos y de la caridad de algunos vecinos.

Peña Rodríguez dijo a elCaribe que en una ocasión algunos políticos le ofrecieron arreglarle la casita, ubicada en la calle Proyecto, pero después de las elecciones no regresaron.

Narró los momentos más difíciles por los que ha pasado en los quince años que tiene viviendo en esta casa, que casi se desploma cuando llueve por las corrientes que penetran.

Además del riesgo de perder la vida en esta casa, la familia vive a orillas de una cañada que emana un mal olor que también les afecta considerablemente.

Margarita Gutiérrez, pastora de la iglesia cristiana Manantial de Vida, apela por la sensibilidad de las autoridades del gobierno central o cualquier empresario que pueda colaborar con la reparación de esta vivienda antes de que ocurra una tragedia, ya que sólo hay que verla para darse cuenta de que realmente no debe ser habitada.

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