El pasado fin de semana di cobertura para CDN y elCaribe al cuarto ceremonial del Salón de la Fama del Béisbol Latino que se llevó a cabo en Casa de Campo, La Romana. Realmente fue una enriquecedora estadía en sentido general, lo que me motiva a desear éxitos a los realizadores de la idea.
Tuve la oportunidad de ver a tres grandes como los dominicanos Osvaldo Virgil, Julián Javier y Felipe, y a otros no menos celebres del béisbol latino, pero ver y escuchar a don Felipe para mí no tiene precio.
Mi compañero, colega y amigo Yancen Pujols es testigo de que disfruto al máximo el tiempo que mi profesión me regala junto al hombre de béisbol. Es dueño de mil anécdotas y además es un hombre respetado en el mundo del béisbol.
Escuché a Felipe hablar con don Cuqui Córdova y con don Alejandro Asmar Sánchez sobre el famoso episodio de Petán Trujillo y el refuerzo Andre Rogers y, de verdad, quedé impresionado con la gran enciclopédica memoria del más viejo de la trilogía Alou, que cuenta hoy con 77 años.
Felipe es un grande aquí y allá.
De hecho, siempre me he preguntado por qué el Comité de Veteranos no ha escogido a Felipe al Salón de Fama de Cooperstown.
Pienso que si sumamos lo que ha significado para el béisbol como jugador, como dirigente y como hombre de oficina, Alou posee los méritos suficientes para ser exaltado.
Está claro que sus números como pelotero, no son suficientes para entrar al templo de los inmortales, pero su inmaculada trayectoria y su impronta en varias organizaciones de las Grandes Ligas, incluidos los Gigantes de San Francisco, más sus lauros como estratega le hacen merecedor de tal distinción.
Realmente me gustaría ver ese día y sé que muchos dominicanos están en la misma página, pues no hay dudas de que es una leyenda viviente y su legado está ahí. Felipe, junto a sus hermanos Mateo (fallecido) y Jesús, hizo historia en el béisbol de las Grandes Ligas al convertirse en el primer y único trío de hermanos que disputaba un partido para un mismo equipo en 1963.
Alou ha recibido muchos reconocimientos aquí y en Estados Unidos, así que uno más terminaría de inmortalizarlo.
