Volvieron a resultar breves los días 25 y 26 de marzo para el desarrollo pleno del programa previamente concebido para la Feria del Libro Domínico-Hispano de Orlando, Florida, esta vez en su cuarta versión dedicada al escritor y político Juan Bosch. Lo mismo señalamos hace un año por este mismo espacio, y la verdad es que el número de temas que se quedó sin exponer superó a la entrega del 2015, pese a que algunos llegaron a promoverse como atractivos de la importante actividad cultural que cada vez cobra más interés en la comunidad hispana amante de las letras y las bellas artes.
Como era de esperarse, los debates en la Feria giraron en torno a la figura del póstumamente homenajeado. Vicente Bengoa, veterano economista, abrió el ciclo de ponencias con su charla “Así era Juan Bosch”, en la que hizo revelaciones sobre su acercamiento al líder en los inicios de la fundación del PLD, tras retornar del Chile ensangrentado por el golpe pinochetista, país donde vivía para entonces Patricio Bosch, hijo del autor de La mañosa.
Quienes abarrotaron los salones del Hotel Crowne Plaza Orlando, donde se desarrolló la actividad, parecieron ávidos de escuchar más revelaciones de Bengoa, como de la doctora Mildred Guzmán, con su exposición “El Bosch que yo conocí”, título de un libro de su autoría publicado hace unos años. La autora fue durante décadas secretaria personal de Don Juan, y en tal virtud se le asignó la disertación de clausura.
Como titánico podría calificarse el trabajo de la Organización Latinoamericana de Asistencia Social (OLAS), que auspicia una feria digna de más respaldo para poder extenderse por lo menos un día más. Homero Luciano, Pablo Colón y Leo Hernández, responsables del evento aquí y allá, son merecedores de apoyo de los sectores público y privado para que la Feria de Orlando crezca y se mantenga, como un esfuerzo a emular.