Ferrand, honorable y honrado III

El ejército francés había arribado bajo el mando de Leclerc, cuñado de Napoleón Bonaparte, en 1802, y apenas dos años más tarde había sido totalmente derrotado creándose la Republique d´Haiti bajo la presidencia de Jean Jacque Dessalines,…

El ejército francés había arribado bajo el mando de Leclerc, cuñado de Napoleón Bonaparte, en 1802, y apenas dos años más tarde había sido totalmente derrotado creándose la Republique d´Haiti bajo la presidencia de Jean Jacque Dessalines, el 1 de enero de 1804, aunque las tropas francesas al mando de Kerversau y Ferrand quedaron con el control de la parte oriental de la isla, el primero en Santo Domingo y el segundo en Montecristi, quedándose poco tiempo después con el control de Santo Domingo el General Louis Ferrand.

Nos relata el Dr. Alejandro Llenas: “Después de expulsos los franceses del territorio haitiano (1803) el general Ferrand, que mandaba por ellos en Montecristi, se puso en marcha con algunas tropas, y llegando a Santo Domingo, hizo que el general Kerverseau le entregase el gobierno de la parte oriental, que permanecía fiel a la Francia.

Luego se ocupó en protegerla contra los habitantes del oeste, estableciendo cantones desde Hincha hasta Neiba, y fortificando los cerros del Puerto (entre San Juan y Azua). 

La causa haitiana contaba algunos adeptos en el Cibao; pero habiendo éstos enviado en diciembre de 1803 tres diputados al Cap, y habiéndoles exigido Dessalines por su apoyo una contribución de 100 mil pesos fuertes, el Cibao volvió a los franceses” (Expedición de Dessalines sobre Santo Domingo).

La capitulación de Du Barquier termina la mal llamada Guerra de la Reconquista, que enfrentaba la ocupación francesa con fuerzas militares envueltas en una coalición que incluía naves, armamentos, soldados y voluntarios españoles de Puerto Rico, fuerzas navales británicas de Jamaica, hateros monarquistas de Cotuí y del Este, y republicanos del Cibao y del Sur, además de ayuda en armamentos, pertrechos y alimentos de parte de los gobiernos de Petion y Christophe de Haití.

Ciriaco Landolfi narra el sitio de Santo Domingo así: “En 1805 Dessalines invadió el país dominicano diezmando y destruyendo pueblos a su paso. El sitio puesto por él a la ciudad de Santo Domingo fue un fracaso fortuito y los franceses pudieron retenerla hasta 1809 cuando sitiada por Sánchez Ramírez éste no fue más en esa perspectiva que el continuador exitoso de Dessalines; e incluso para lograr su propósito solicitó y obtuvo ayuda de Petión, Y aun más: Sánchez Ramírez -quizás para subrayar intimidatoriamente la identidad entre ambas situaciones- montó su cuartel general en Galard, a una legua de la cuidad, desde la cual el emperador Dessalines escribió el 6 de marzo de J805 al general Ferrand para que rindiera la plaza”. (Evolución cultural Dominicana 1844-1899).

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