En el salmo 92:12 encontramos una exclamación poderosa, promesa fiel para toda alma con fe: El justo florecerá como la palmera…
Las palmeras, príncipes del reino vegetal, se reproducen en más de 2,800 especies, viven en arenas desérticas, el mismo terreno donde otros árboles mueren. Crecen desde su interior y siendo sólo hierba, alcanzan alturas extraordinarias; en su inflorescencia miles de capullos brotan en colosal racimo y con los años sus frutos son mucho más dulces.
La justicia de Dios se impone. No importa tu trasfondo, tu pasado, lo que sufriste o cuánto te equivocaste, cuando la justicia Divina te alcanza, te hace fructífero sobre la faz de la tierra, con una vida floreciente cual palmera, promoviéndote de lo regular a lo excepcional.
