La frontera haitiana, un golpe de miseria

La comunidad fronteriza Anse-à-Pitres, que hace frontera con Pedernales, está llena de miseria y solidaridad. Miseria, por la naturaleza de su comunidad, hostil para el cultivo y aislada del resto del país. Allí se han creado cuatro…

La comunidad fronteriza Anse-à-Pitres, que hace frontera con Pedernales, está llena de miseria y solidaridad.

Miseria, por la naturaleza de su comunidad, hostil para el cultivo y aislada del resto del país. Allí se han creado cuatro barriadas de repatriados con un total de 729 familias, más de 2 mil personas, entre ellas muchos niños. Son haitianos que dejaron años de trabajo en República Dominicana y que volvieron a su origen por “miedo”, dicen ellos, de ser expulsados.

Y solidaridad porque precisamente allí varias organizaciones se volcaron y han hecho lo posible para que esta gente pueda comer y sus niños estudiar.

elCaribe estuvo tres días en la zona fronteriza de Pedernales y Anse-à-Pitres. Allí, con la colaboración de agentes de la Minustah y el consulado dominicano en esa localidad, recorrió dos (Tête à l’Eau. y Parc Cadeau I) de los cuatro “campos” de repatriados y también recogió historias en el mercado transfronterizo de ambas comunidades, ese que pocas veces registra incidentes de alcance nacional. Probablemente sea porque se trata de un mercado “de libras, medio local” entre Pedernales y Anse-à-Pitres, pues sus productos se quedan en los mismos pueblos.

Aquí, algunas imágenes de personas que viven despertando sobre la tierra y descansan sobre una casa hecha con techos de tela, cartón y zinc corroído, en el mejor de los casos.

Un hogar
Jean Luis y su esposa habitan en la barriada de repatriados Tête à l’Eau desde marzo. El hombre de 47 años cuenta que vivió en Aguas Negras, Pedernales, como agricultor durante 22 años. De vuelta a su país no trajo nada, ni siquiera un bulto. 

Trabajo
Lo que ahora divide la frontera en este punto es el río Pedernales, que ni rastros de agua tiene y es usado por los motores para cruzar. Allí a los niños se les ve caminar o con uniforme o pidiendo o como en este caso, cargando mercancía. 

Educación
En las barriadas de repatriados las organizaciones internacionales que prestan ayuda se han encargado de llevar la educación. Así es posible ver a los niños estudiando debajo de los árboles, como se muestra en la imagen en Tête à l’Eau.

El fogón
Una mujer sonríe a la cámara en Tête à l’Eau mientras cocina en un fogón en compañía de su hijo. Justo detrás de ambos, la casa que los acomoda, hecha con un techo de lona y paredes de palos.

Un colmado
En medio de la miseria, hay quienes “se la buscan” para sobrevivir. En Parc Cadeau encontramos un colmado vendiendo alimentos básicos como harina, víveres, salami y otros productos comestibles. 

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