Nuestra costumbre de comer manzanas, peras y uvas en Navidad es un elemento cultural importado al que no le veo asidero actualmente.

En el pasado, como “frutas exóticas”, eran manjar prácticamente exclusivo a la temporada.

La globalización las ha puesto disponibles en los mercados durante todo el año a precios razonables.

¿Por qué seguir reinando como “nuestras frutas navideñas”? Una familia norteamericana o europea no pone en su cena de Nochebuena frutas tropicales.

¿Por qué nosotros santificar las de ellos? Si se encuesta a la población dominicana sobre su fruta favorita, el guineo o el mango le ganan por mucho a la manzana, la uva o la pera. No hay razón para en diciembre “volvernos locos” con aquellas frutas extranjeras.

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