Con el foco puesto en fortalecer la cultura y la salud, el presidente de La Refinería Dominicana de Petróleo ha reorientado la ayuda social que la institución ofrece, a través de su fundación, en beneficio de alrededor de 30 mil niños de las comunidades de su entorno operativo con programas culturales y de salud, a los que destinó a diciembre de 2015 más de RD$21 millones.
Aunque la Fundación de Refidomsa existía cuando Félix (Felucho) Jiménez asumió el puesto, ésta se dedicaba a ofrecer ayudas dispersas.
Felucho se confiesa como una persona con inclinación al servicio. Siendo un jovencito construyó junto a un grupo de amigos el Centro Apostólico Católico en su ciudad natal La Vega. A todos los unía el espíritu cristiano y la vocación de servicio, y siguieron con la construcción de una escuela en un barrio pobre vegano, a la vez que montaban veladas en el hospital y en el reformatorio de la provincia cibaeña.
“Nos convertimos en gran medida en catequistas y, curiosamente, el sacerdote responsable de la juventud católica que nos asistía en ese momento era el padre López, hoy Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez”, evoca Felucho.
Y en su actual condición de presidente de la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa), canaliza esa vocación a través de la Fundación de ese organismo, la que ha reorientado para llevar la cultura y la salud a miles de niños de las comunidades de Haina, Nizao, Azua y Jarabacoa.
Y aunque la Fundación había sido aprobada, se llegó a constituir solo hace dos años.
“No había un programa, no respondía a una filosofía”, dice Felucho, con quien conversamos sobre el tema en su despacho de Refidomsa.
Explica cómo decidió darle un nuevo giro y un foco a la Fundación, orientándola a fortalecer la cultura general de niños y jóvenes con programas que alimentan la imaginación y fomentan el interés por el aprendizaje. Alrededor de 30 mil niños son beneficiados.
Las ayudas “han seguido inalterables”, subraya, pero se propuso institucionalizar la Fundación.
“Hice la propuesta al Consejo de Administración para que se destinara a desarrollar dos tipos de programas: uno cultural y otro de salud, destinados a los niños y adolescentes, sobre todo de los municipios de Haina y de Nizao, donde están las principales instalaciones de la Refinería”, abunda.
Felucho invitó a maestros sinfónicos, directores musicales, artistas, pedagogos, psiquiatras, psicólogos, historiadores y literatos a conformar el comité gestor.
Con ese equipo trabajó dos meses delineando el programa cultural y sus objetivos de inculcar el amor por el arte y la cultura en diferentes edades y niveles educativos.
Enriquecido el propósito inicial, la Refinería creó un comité para ejecutar el programa, en coordinación con los Ministerios de Cultura y el de Educación. Se formaron activistas culturales y cada quince días los niños acuden a un aula cultural en Haina y Nizao. La Refinería invirtió más de RD$2 millones en habilitar los salones como si fueran cines, con salas de proyección audiovisual, y en mejorar la acústica y planta física y dotarlos de computadoras.
Para transportar a los estudiantes, la firma Franco Acra donó el primer minibús, y Refidomsa compró el segundo.
Al desarrollo de los programas también aportan las empresas Interquímica, la firma Chevron y Domicen, cuyas ayudas superan los tres millones de pesos al año.
En materia musical, los alumnos aprenden a identificar las obras y a adentrarse en la historia de sus autores. En talleres creativos los niños aprenden a pintar; estos se han extendido al colegio de los Padres Salesianos en Jarabacoa. “A esos municipios mencionados se destina hoy día alrededor del 90 por ciento de los recursos que administra la Fundación”, dice Felucho.
Aulas culturales
Estas aulas acogen a niños desde el pre primario hasta el octavo curso, para inculcarles el aprecio por las más sobresalientes obras del género humano, y despertar sus talentos. Por Internet acceden a piezas musicales, conciertos, óperas, ballets y salas de museos.
Niños Cantores de Nizao
Este coro lo conforman 27 niños y niñas de siete a once años, de escuelas de Nizao y Don Gregorio, provincia Peravia, quienes ensayan los sábados en la escuela Aliro Paulino con la directora coral Iluminada Jiménez.
Orquesta de Cámara de Haina
Treinta niños y niñas de siete y once años de diferentes centros educativos de Haina, provincia San Cristóbal, conforman la Orquesta de Cámara de Haina dirigida por el maestro Dante Cucurullo. Al igual que los niños cantores, ensayan los sábados en la mañana con el profesor de música Manuel Germán en el aula cultural de la Fundación, localizada en el liceo Manuel Félix Pena. Dante Cucurrullo y varios asistentes enseñan todos los instrumentos de cuerdas.
La Orquesta de Cámara Infantil de Cuerdas de Haina ha participado en varias presentaciones, una de ellas en la reinauguración de la Refinería, ante la presencia del presidente Medina, donde también participaron los Niños Cantores de Nizao”.
Programa de salud
Más de quince mil niños se han beneficiado de este programa, a través de un operativo odontológico dirigido a estudiantes de educación inicial y básica en escuelas y colegios de las referidas comunidades y Los Negros de Azua.
Un consultorio móvil se traslada por los diferentes centros educativos para dar tratamientos dentales gratis, incluyendo implantes y educación en salud preventiva.
Felucho asegura que en Haina había niñas sin dientes, con encías en mal estado; más del 85 por ciento de esos niños jamás había ido a consulta odontológica. Ahora, con implantes y encías sanas su autovaloración es diferente, dice. Ese servicio lo ofrecen odontólogos de la Fundación Sonrisas, que atienden un promedio de 120 niños al día.
En enero del 2016 iniciarán el proyecto Salud Pública, un programa de pediatría gratuita, con análisis de laboratorio que atenderá a más de 35 mil niños. Los casos especiales estarán a cargo del hospital Robert Reíd Cabral.
