Los Gigantes del Cibao tienen el control de la final invernal, con la oportunidad dorada de colocar hoy a las Estrellas al borde del precipicio en su feudo del Julián Javier en San Francisco de Macorís.
Si fuese de la parcela verde me preocuparía bastante el hecho de que los Gigantes aún no han bateado como todos sabemos que pueden hacerlo. Y en algún partido deben hacerlo.
Ni los Potros de Audo Vicente eran tan malos para seguir perdiendo ni los Orientales de Dean Treanor tan buenos como para seguir ganando. Esa es una constante en los deportes: nunca te confíes de la buena racha ni te derrumbes por la negativa. Las aguas toman su nivel.
El pitcheo le ha respondido a Vicente, mientras que el de Treanor ha fallado con una defensa que es un dolor de cabeza.
Leury García y Alexi Casilla han dicho presente para los Gigantes, que están a ley de dos triunfos para lograr la primera corona de su historia. Si esa pareja sigue llegando a las bases, habrá problemas el resto del camino.
Hay que darle crédito a Vicente. Mantuvo la calma en los dos primeros encuentros que perdió, buscando la manera de que su equipo despertara y parece que el monstruo del Jaya anda suelto en un vehículo sin frenos.
Los Gigantes son otros tras la blanqueada en San Pedro de Macorís el pasado lunes, en una alineación en la que estaba Robinson Canó, y ni hablar del combustible que recibieron con el conato al final del partido. Muchas veces esas pequeñas cosas marcan diferencias.
Los Gigantes ahora llevan el timón. Las Estrellas están obligadas a ganar esta noche. De lo contrario, pueden pagar por ello.
Apunte esto
Los tiempos de desespero traen medidas desesperadas… Dean Treanor no puede colocar a Wilkin Castillo de tercer bate…Ese es el turno de Junior Lake, quien, cuando está en pelota y no en discutir o perrear, demuestra el nivel que tiene…Lew Ford debe jugar, lo mismo que Luis Jiménez…Moisés Sierra mostró dotes de líder…Eso no sale en el registro estadístico, pero vale un mundo…El relevo de los Gigantes está impenetrable…Otra lesión para Kobe Bryant…Los años no relajan.
