El fútbol, sus enseñanzas

Franceses que parecen nigerianos, mejicanos que parecen belgas, ghaneses que parecen colombianos, estadounidenses que parecen japoneses, brasileños que parecen australianos, argelinos que parecen ingleses… no hay fronteras raciales. Llegan de países&#

Franceses que parecen nigerianos, mejicanos que parecen belgas, ghaneses que parecen colombianos, estadounidenses que parecen japoneses, brasileños que parecen australianos, argelinos que parecen ingleses… no hay fronteras raciales. Llegan de países ricos y pobres, con gobiernos de izquierda y de derecha, judíos y musulmanes, ateos y cristianos… Es el fútbol. Así debe ser la vida.

No existen muros que dividan. Sólo los talentos hacen la diferencia accidental entre equipos compuestos por hombres iguales ante Dios. Y aquel que discrimine es sancionado. Hasta los fanáticos deben comportarse bien.

Me encanta observar la pasión de los atletas en el terreno, donde el nombre de sus países también está en juego. Cada uno se entrega con ganas, no importa que pueda quedar lesionado, sigue corriendo, defendiendo, atacando, motivando a sus compañeros…

Cada uno sueña con ser campeón. Esto nos muestra que la ambición sana, esa que va unida a los nobles propósitos, nos motiva a avanzar, a vencer obstáculos y a apreciar lo que somos capaces de conquistar, donde nuestro norte se resume en dejar huellas positivas en nuestro caminar. Y así debemos actuar.
Nadie se eleva más allá de lo que aspira. Nuestro techo tiene la altura que le construyamos. Seamos optimistas, que ese sentimiento es mágico y transforma para bien lo que tocamos.

Ganar o perder no debe marcarnos para siempre. El poder, la gloria y la fama son efímeros. Los fracasos, la tristeza y los dolores también. Sólo el cumplimiento del deber perdura, que no es otra cosa que hacer lo correcto, desempeñar con dignidad nuestra misión en el mundo y que nuestra conducta sea de tal modo que pueda ser ejemplo de moral universal.

En el fútbol se trabaja en equipo. Un atleta no puede hacer lo que quiera. Se debe a los demás. Es condición de las personas superiores reconocer que todo proyecto o meta se obtiene uniendo voluntades, cada cual asumiendo su responsabilidad y punto, siempre en armonía con el conjunto, ya que una desviación de apenas uno puede ser fatal para el conglomerado.

En los pueblos ocurre igual. Las sociedades avanzan si tienen nociones claras sobre su futuro, y sus miembros se mantienen abrazados en las ideas y en la acción, con propósitos definidos, con un alto sentido de compenetración y comprensión para alcanzar sus metas.

El Mundial de Fútbol tiene enseñanzas que traspasan lo deportivo. Podemos aprender mucho de este deporte, lo sigamos mucho o poco, no importa.
Disfrutemos este gran espectáculo, que si asimilamos sus buenos ejemplos seremos mejores ciudadanos. Sin dudas, estos juegos representan una hermosa muestra de confraternidad en el mundo. ¡Ah, y que la Copa se quede en América Latina! Lo merecemos.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas