Por lo general, la práctica de “médicos falsos” no es vista como una patología causada por una frustración, sino como un acto delincuencial vinculado al lucro.
Estas afirmaciones fueron hechas por el presidente de la Sociedad Dominicana de Siquiatría, José Miguel Gómez, quien asegura que estos casos deben ser enfocados desde el punto de vista legal, porque se trata de una estafa. El especialista de la conducta dice que esta práctica no debe ser vista como una frustración por no haber alcanzado un título universitario para ejercer la medicina, y que debe tener mucho cuidado al momento de tratar el tema.
Sin embargo, médicos especialistas que viven la cotidianidad de los hospitales y que piden reservar sus nombres, coinciden en que se da el caso, aunque no con frecuencia, de desaprensivos que se hacen pasar por médicos, y que tras ser descubiertos desaparecen del centro.
Afirman que algunos de ellos lo hacen porque arrastran la frustración de que soñaron con ser algo y no lo consiguieron, y caen en ese estado. Muchos lo hacen para lucrarse en base a la ignorancia y el dolor ajeno, y otros, por vocación y humanización de servicio.
En la mayoría de los casos, estos desaprensivos llegan a los hospitales vestidos de blanco y con un estetoscopio en el cuello y entran a cualquier área sin ser cuestionados por el personal ni la seguridad que allí trabaja.
El área de la medicina más vulnerable a estos actos delictivos es la quirúrgica, que abarca lo relacionado con la cirugía. En la clínica, que comprende las consultas, en más difícil, porque en los centros de salud públicos y privados, los especialistas tienen espacios delimitados.
Esa práctica no sólo se ve en el país. En Valencia, España, se realizó en marzo, un operativo denominado “Bata blanca”, que dio como resultado la clausura de cuatro clínicas y la detención de cinco personas que se hacían pasar por médicos.
Ley contempla sanciones por usurpar funciones
El artículo 258, del Código Procesal Penal, contempla que los que sin títulos se hubiesen ingerido en funciones públicas, civiles o militares, serán castigados con prisión correccional de un mes a un año, por delito de falsedad.
El artículo 259, dice que los que públicamente usen uniforme o traje que no les corresponda, serán castigados con seis meses a dos años de prisión.
